martes, 8 de septiembre de 2015

    ¡Qué importa lo que sueña! Déjala así, dormida.
    Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer.
    Y ella irá de tu brazo para toda la vida,
    y abrirá las ventanas en el atardecer.
    ...
    Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino.
    Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar,
    y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino,
    ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar.
    Y pasarán los años favorables o adversos,
    y nacerán las rosas que nacen porque sí;
    y acaso tú, algún día, leerás estos versos,
    sin saber que los hice por ella y para ti...
    José ÁNGEL Buesa

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