martes, 28 de febrero de 2017

Oración a la bandera

Quédate en el cielo, amor,
no bajes.
Aquí abajo, los grises
son tan grises
que, de algún modo gris,
van a ultrajarte.
Y sos tan linda allá,
tan nomeolvides,
-simple ademán de madre
por el aire-
que si caes, amor,
con la ternura
conque caen las hojas
de los árboles;
si llegas a caer,
acaso nunca
vuelvas a ser tan cielo
ni tan madre.
Déjanos a nosotros,
los humildes,
los que nunca te usamos
ni abusamos de tu inmenso
silencio planetario,
que cuidemos la altura
donde habitas,
celestemente hermosa,
como el aire.
Déjanos a nosotros.
De los otros,
es piadoso no hablarte.


 Armando Tejada Gómez

sábado, 25 de febrero de 2017

    Mi niño,
    gota intacta de azúcar en sueño,
    he cruzado el umbral donde el ángel
    ...
    resguarda tu frente ya en calma.
    Tú eres el trigo que nutre mi dicha,
    la nata del juego, la miel de inocencia.
    Es tu ropaje un juguete de paz que
    dispara sonrisas.
    Beso tu frente y altero el respiro en que
    crecen tus sueños. Quiero sembrar una
    gota de luz en tus párpados quietos, sí,
    quiero alumbrar tu mejilla silente de un
    beso de soles.
    Duermes, duermes y entonces despiertan
    tus sueños, tus risas, tus frágiles manos.
    Todo es descanso en tu boca pequeña,
    tanta sonrisa no alcanza a contarse con
    tantas estrellas que abrigan tu vida.
    Duermes azul como un libro de cuentos,
    duermes y cada cabello despierta a bailar
    con tu aroma de risa.
    Hoy fui severo contigo, llegaste feliz a
    contarme que el viento no puede mirarse.
    Yo dije que sí revolviendo tu idea,
    y de nuevo dijiste que no, que eso no era
    posible, que fue tu maestra quien dijo muy
    firme que el viento no puede mirarse,
    que el viento es tan sólo una ráfaga etérea
    y que sólo se observan las cosas que toca.
    Quiero pedirte perdón porque en ese momento
    abordé el tren de adulto y perdí de explicarte
    que el viento es la espuma de un mar de
    palomas, palomas pequeñas así como el polvo,
    palomas que juegan y mecen las ramas,
    palomas que limpian el frágil cuaderno
    que flota en el aire.
    Me olvidé de decirte que el viento es el auto
    en que viajan los sueños, y que el claro chofer
    que conduce el carruaje ha elegido el color de
    una rosa en la luna. Me olvidé de decirte que el
    viento se observa a través de un cristal que
    se esconde en los libros. Me olvidé de decirte
    que hay una palabra que pone en tus ojos las
    gafas más tersas. Con ellas contemplas el centro
    del mundo, el hilo de añil que sostiene la
    estrella, la boca del viento, los magos que habitan
    allá tras la noche.
    Sabrás al amar las palabras que existe un lunar en
    los labios solares, que el mar sabe hablar los
    idiomas del cielo, que el átomo acoge una casa
    pequeña en que habitan los ríos.
    Sabrás defenderte de insípidos rostros que nada
    han sembrado.
    Sabrás que a lo lejos existe una niña que sueña
    volar en su escoba encantada.
    Esa palabra tendrás que aprenderla al sentir la
    mirada que asoma a tus ojos.
    Y una vez que esa palabra, la palabra poesía, se
    hospede en tu sangre ya no dudarás del cirquero
    del viento.
    Y cuando te digan que el número cero no tiene
    un amigo no asientes tu rostro, alza tu voz y
    declara que ahí, en la esfera de leche se encuentra
    flotando una rosa violeta, una rosa lunar donde
    el tiempo pasado descalza sus pies y recuesta su
    cuerpo en un tibio rincón de un sofá anaranjado.
    Fausto Vonbonek.

viernes, 24 de febrero de 2017

Escribir,
ese terco intento de plasmar con tinta
lo que percibimos.
Percibir,
conformarnos con las migajas ...
que nuestros sentidos permiten
que reconozcamos de la materia.
¿De dónde venimos?
¿A dónde vamos?
¿Qué somos?
¿Qué hemos venido a hacer a este juego?
Tantos siglos que son un suspiro del tiempo
y aún
no hemos abierto los ojos,
ni nuestras orejas perciben
una sola nota del canto del cielo.
Palabras,
las palabras no son suficientes.
¿De qué estamos hechos?
De aliento.
De latido.
De voz.
Del deseo de ser.
Presiento que estamos hechos de amor
de tanto amor que no nos percibimos vivos
hasta vernos reflejados en las pupilas del otro.

Teresa Delgado 2014

jueves, 23 de febrero de 2017

    Mi pensamiento es muy desobediente,
    y se niega a deshacerse de tu encanto,
    pues puede la alegría convertirse en llanto
    si te dejo escuchar mi voz doliente.
    ...
    No quiero darte quejas ni reproches
    ni quiero contagiarte mi agonía,
    y me digo a mí misma...
    es cosa mía
    cuando tu ausencia me convierte en noche
    En mi pecho ,clavado llevo un sueño
    regado por la luna con suspiros
    llora su luz apacible y desmayada
    tan pequeña me siento, tan sola e ignorada...
    que siento el corazón hueco y vacío
    Mas cuando el tiempo se detiene en ese instante
    de tu regreso para habitar mi vida ,
    en mi alma de agua remansada
    aparece de nuevo el sol radiante.
    me rodea la paz, renace la alegría
    Rosa Mayo
    A las aladas almas de las rosas
    del almendro de nata te requiero,
    que tenemos que hablar de muchas cosas,
    compañero del alma, compañero.
    Miguel Hernandez
“El poema quiere engañar al tiempo y el sufrimiento lo derrota. Si escuchara lo que huye de la puerta, si la imperfecta luz diera tu libro, si traicionara este ...dolor, si oyera tu descanso, si el alba tropezara con el árbol que te abrigó una vez, si pudieras volver a casa una noche cualquiera…”
Juan Gelman.

martes, 21 de febrero de 2017

EN TI SIN QUE LO ADVIERTAS
Tal vez tú no lo sepas pero habito
la parte occidental de tu memoria,
de mi nace tu urgencia perentoria...
por dar forma al deseo que transmito.

Tal vez no sepas que en tu vuelo bajo
me hago viento y te impulso a las alturas,
que provoco tus ansias de aventuras
que te quiero en silencio y te agasajo.
Tal vez de noche sientas extrañada
un impulso que no te corresponde
y una ilusión naciéndote en la boca.
Es mi sangre mezclada con tu nombre
que, ya esencia de ti, y enamorada
en tus ansiosos muslos desemboca.
José Miguel Junco Ezquerra

lunes, 20 de febrero de 2017

El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.
- Federico García Lorca, "Alma ausente"

lunes, 13 de febrero de 2017

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
...
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda

jueves, 9 de febrero de 2017

Cuando el amor comienza, hay un momento
en que Dios se sorprende
de haber urdido algo tan hermoso.
Entonces, se inaugura
-entre el fulgor y el júbilo-...
el mundo nuevamente,
y pedir lo imposible
no es pedir demasiado.

Fue a la vera del mar, a medianoche.
Supe que estaba Dios,
y que la arena y tú
y el mar y yo y la luna
éramos Dios. Y lo adoré.
Antonio Gala

lunes, 6 de febrero de 2017

La mujer de albahaca

Así se hace el paisaje:
póngale cielo arriba, cielo por dos mitades,
un rebaño de nubes, un árbol solitario;
ponga una raya al medio, pero lejos, muy lejos
y déjeme quedarme soledad por mirarla,
por ver atardecer, porque sí, para nada;
por ver volver las tórtolas simples, crepusculares;
déjeme en esta orilla donde miro hacia adentro
y donde me padece, como un niño, la sangre.
Déjeme ser la greda. Yo me conozco el aire;
entre ser y no ser, me da por ser callada.
Un bulto de silencio donde el viento se queda
demorado, de piedra, detenido un instante.
El siempre deja un poco de polvo compañero,
un arsenal de adioses, un bailarín cansado
a quien, hace mil años, llamamos remolino
y hace girar, girando, sobre un pie a la distancia.
Así se hace el paisaje: de mirar el origen.
Cielo arriba los ojos. Y debajo, la sangre.
Tengo, si es por tener, los sagrados oficios:
tengo de hacer pan, de amasarlo temprano,
de taparlo a la hora que el sol trepa a los pájaros
y dejarlo que crezca como un fruto en octubre
lentamente, a la sombra patriarcal de los árboles.
Tengo, si es por tener, leña del quebracho
que me caldea el horno desde lo rojo al blanco.
Tengo, que cuando vienen los míos de la lluvia,
tengo pan, y me suena a trigo las enaguas.
Tengo que si lo pongo como un sol en la mesa
mis hijos parpadean, ríen encandilados
hasta que traigo humeando una ollada de locro
y mi hombre parte el pan sobre su pecho grande
y ahí, entre sus voces laboriosas y lerdas,
miro caer la luna en lentas rebanadas
.

domingo, 5 de febrero de 2017

No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
...

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
    El libro del viento
    Mi canción es un libro
    que se escribe con el viento
    y una imprenta indeleble...
    -la guitarra del pueblo-,
    a lo largo de América
    lo imprime a cielo abierto.

    Después, de boca en boca,
    santo y seña del sueño,
    va entre los hombres, cruza
    las fronteras del miedo
    y nombra al sometido
    en su padecimiento.
    Las muchachas azules,
    los rudos marineros,
    el labrador de pámpanos,
    el quieto, el andariego,
    andan con mi canción
    sin posible sosiego.
    Mi canción no le teme
    al tumulto ni al fuego.
    Todos pueden cantarla
    y llevársela lejos.
    Yo sé que cuando vuelva
    tendrá un sonido nuevo.
    ¿Qué dice mi canción?
    De todo en su momento:
    asuntos de casados,
    asuntos de solteros,
    dolores, alegrías;
    juglaría del viento.
    Y si a veces estalla
    en un grito violento
    es porque al pueblo acallan
    ¡y duele ese silencio!
    Armando Tejada Gómez

sábado, 4 de febrero de 2017

    Mi pensamiento es muy desobediente,
    y se niega a deshacerse de tu encanto,
    pues puede la alegría convertirse en llanto
    si te dejo escuchar mi voz doliente.
    ......
    No quiero darte quejas ni reproches
    ni quiero contagiarte mi agonía,
    y me digo a mí misma...
    es cosa mía
    cuando tu ausencia me convierte en noche
    En mi pecho ,clavado llevo un sueño
    regado por la luna con suspiros
    llora su luz apacible y desmayada
    tan pequeña me siento, tan sola e ignorada...
    que siento el corazón hueco y vacío
    Mas cuando el tiempo se detiene en ese instante
    de tu regreso para habitar mi vida ,
    en mi alma de agua remansada
    aparece de nuevo el sol radiante.
    me rodea la paz, renace la alegría
    Rosa Mayo.


viernes, 3 de febrero de 2017

    Con un verso y un sueño
    nacimos a la vida con un cantar,
    yo sin ninguna experiencia ,
    tú , comenzando a volar.
    ...
    Recuerdo
    Cómo de las tinieblas
    llegó la luz al darse,
    cómo tuvimos
    la cama los armarios ...
    y cómo Dios creó la riqueza de amarse
    Hace ya tanto tiempo...
    allí suargió la vida al yo quererte
    al visitar el cielo palpitante
    mi hogar querido .
    Tal vez fue mi deseo
    de llegar a la luna cómo el aire,
    Cómo de estrellas se llenó la cama...
    y cómo Dios , me sorprendió a mi misma por amarte

    Rosa Mayo
Te velan las noches que hace frío tapándote la cama con un manto de estrellas, el duende y su hada .
Dicen que este cuento cuando era niño me lo contaban ,pero yo se que no es cierto.
Yo los vi...!!!
Yo vi a mi duende y su hada ,estaban con la Luna ,detrás de mi ventana.
Francisco Gago

jueves, 2 de febrero de 2017



NOCTURNO
Llegaste muy temprano, en el naciente
de un día rumoroso y con espinas;
los ojos muy abiertos, descifrando...
el mito de la sangre y las montañas;
el mar te abandonó en aquella orilla
de mi pecho sediento de arrullarte.

Todo en ti es de pájaro y de luna,
gaviota de la tierra y los océanos,
pequeño colibrí de un mundo rubio,
poeta de los versos nunca escritos,
enamorado amor de los cometas,
aspirante inexperto a ser un hombre.
Macu Marrero