martes, 15 de septiembre de 2015

    Peso poco en tu vida, casi nada,
    como un leve rumor, como una brisa,
    como un sorbo de fresca limonada
    bebido sin calor y a toda prisa.
    ...
    No adelanto el compás de tu pisada,
    ni distraigo la salve de tu misa,
    y en tu frente de nardo desvelado
    no llego ni a recuerdo ni a sonrisa.
    Y en cambio tú eres todo, mi locura,
    mi monte, mi canción, mi mar templado,
    el pulso de mi sangre, la llanura
    donde duermo sin sueño ni pecado,
    y el andamio en que apoyo con ternura
    este amor que nació ya fracasado.
    Rafael de León

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