viernes, 4 de septiembre de 2015

SAHARA
Ah, mujer, en los ojos se te nacen estrellas,
se te expanden las dunas esperanzas arriba,
se le pone a tus sueños un turbante en los ojos.
Tú amamantas futuro, lo que tiene de humano,
lo que tiene de justo, lo que tiene de tierno,
y en los pechos te crecen endemismos y nubes.
Representas la vida que vendrá cualquier tarde
de la mano a llevarte un siroco de flores
y la llave secreta de una tierra ya libre.
Tú te creces profunda, silenciosa, de trigo,
cicatrizas heridas de una historia inventada
y enarbolas banderas de distintos sabores.
Como el té cuando muestra sus matices al mundo
y ese mar que requiere de una amante encendida,
y ese afán que en los hombros contenido se incuba.
José Miguel Junco Ezquerra

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