viernes, 31 de marzo de 2017

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya extraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma,... con la sangre se ahonda..
¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.
No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.
Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.
Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.
Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.
Miguel Hernández

jueves, 30 de marzo de 2017

“I.N.R.I”
-El poeta loco-
Lo despertó la mar. Y con la arena
atando sus tobillos, se alza al suelo....
Mueve el ala -deslía su pañuelo-
hincha el velamen de la luna llena.

Al coger aire, suelta su melena,
mira la noche esclavo de su cielo;
y en aquel mar de estrellas con anzuelo,
por soñar, lo pescó una sirena.
Por soñar que era un Ángel del Señor,
en el delirio de la carne –dice- :
que se abrirá su pecho en una flor
al sentir la lanzada de la luz.
Y para que su amor no cicatrice
deja un verso clavado en una cruz.
de Antonio Ramos Olmo. ESPAÑA.

miércoles, 29 de marzo de 2017

La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
Pedro Salinas

martes, 28 de marzo de 2017

JAIME SABINES. SOBERBIO POEMA.
EN LA SOMBRA ESTABAN SUS OJOS
...
En la sombra estaban sus ojos
En la sombra estaban sus ojos
Y sus ojos estaban vacíos
Y asustados y dulces y buenos
Y fríos.
Allí estaban sus ojos y estaban
En su rostro callado y sencillo
Y su rostro tenía sus ojos
Tranquilos.
No miraban, miraban, qué solos
Y qué tiernos de espanto, qué míos,
Me dejaban su boca en los labios
Y lloraban un aire perdido
Y sin llanto y abiertos y ausentes
Y distantes, distantes y heridos
En la sombra en que estaban, estaban
Callados, vacíos.
Y una niña en sus ojos sin nadie
Se asomaba sin nada a los míos
Y callaba y miraba y callaba
Y sus ojos abiertos y limpios,
Piedra de agua, me estaban mirando
Más allá de mis ojos sin niños
Y qué solos estaban, qué tristes,
Qué limpios.
Y en la sombra en que estaban sus ojos
Y en el aire sin nadie, afligido,
Allí estaban sus ojos y estaban
Vacíos.
Y la historia desgarra
mas, te sigo viviendo
en el mundo irreal
de una vida sin dueño.
Se me rasga la vida...
y se cruzan los sueños
hasta el fin más fugaz
de nacer a un destiempo…
Para nada ha servido
esperar sin encuentro...

Ángeles Sánchez Gandarillas©
…Calla, sí que ha servido
para verte sin verte
para amar sin amarte
y soñar sin tenerte…
Para romper la vida
sin hacerlo del todo
y unir esta historia
dibujando un lugar
donde amarnos,
en presente y futuro…
Y surgir nuevamente
en las alas del tiempo
desplegando entre ellas
nuestro nuevo horizonte
de escaleras a un cielo…,
sin final y sin sombras.
Loli Belbel© 
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso ...
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
Gustavo Adolfo Becquer

lunes, 27 de marzo de 2017

    Perdida la cabeza entre la almohada
    me miras con los ojos entornados,
    y los míos se tornan desvelados
    por la dormida luz de tu mirada.
    ...
    ¡Oh la suave mejilla ambicionada,
    y el temblor de tus labios apretados,
    y los redondos hombros, desmayados
    en mis brazos con sed enamorada!
    Se me va todo el ser hacia tu viento,
    y en tu tibio paisaje sueña y canta,
    mientras me deshabita el pensamiento.
    Una tierra de amor se me atraganta,
    y, hundiéndome en el aire de tu aliento,
    se desangra una vena en mi garganta.
    Rafael de Penagos

viernes, 24 de marzo de 2017

No me olvides, amor, en la espesura
del mundo que viví sin conocerte,
sin alegrar mis ojos tu figura.
Déjame que, en el gozo de tenerte,...
contemple cada día a más altura
mi corazón ardiendo por quererte.

Rafael de Penagos

jueves, 23 de marzo de 2017

Dile que no me tema, amor, y dile...
Dile que no me tema, amor, y dile
que estoy a su lado como el aire,
como un cristal de niebla o como el viento...
que se aquieta la tarde....
Dile que no me huya, amor, y dile
que no me vuelva a herir, que no me aparte,
que soy el brillo húmedo en sus ojos
y el latido en su sangre.
Dile que no me aleje, amor, y dile
que yo soy el umbral de su morada,
el agua de su sed
y aquel único pan para su hambre,
Dile que no se oculte, amor, y dile
que ya no tengo rostro ni señales
de haber vivido antes de quererme.
De haber vivido, antes.
Dile que no recuerde y dile
que no respire, amor, sin respirarme.
Julia Prilutzky

"Dile que no me tema, amor, y dile...
Dile que no me tema, amor, y dile
que estoy a su lado como el aire,
como un cristal de niebla o como el viento
que se aquieta la tarde.
Dile que no me huya, amor, y dile
que no me vuelva a herir, que no me aparte,
que soy el brillo húmedo en sus ojos
y el latido en su sangre.
Dile que no me aleje, amor, y dile
que yo soy el umbral de su morada,
el agua de su sed
y aquel único pan para su hambre,
Dile que no se oculte, amor, y dile
que ya no tengo rostro ni señales
de haber vivido antes de quererme.
De haber vivido, antes.
Dile que no recuerde y dile
que no respire, amor, sin respirarme.
Julia Prilutzki

    desde mi soledad, casi sonora,
    cada noche que estudia para aurora
    te espero como a Dios... y vienes hombre.
    Carilda Oliver Labra

martes, 21 de marzo de 2017



NO TE SALVES
No te quedes inmóvil ...
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Benedetti
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sábado, 18 de marzo de 2017

Él se mantuvo en silencio. Ella nunca imaginó que cupieran tantas mariposas en su estómago.
A él le pareció mucho más bonita en persona. Ella no conseguía mirarle por más de un instante seguido.
Al unísono y tímidamente, comenzó a esbozarse una sonrisa en sus rostros. A ambos les palpitaba el corazón al punto de ser apreciable desde los ojos del otro.
Aún cabían unos pasos entre ellos. Había sido larga la espera pero no sabían cómo quererse ahora que ya no eran palabras. S...e acercaron.
Su piel les recordó todos sus nombres y ellos los reconocieron. Se pronunciaron en un largo abrazo y surgió el beso que había quedado a la espera del beso siguiente en algún lugar del tiempo y de lo más profundo de la memoria.
Entonces, como si se hubiera formulado un extraño sortilegio, surgieron aromas a incienso, crepitares, lejanos cantos, latidos de tambores, brisas entrecortadas, arrullo de olas...
Entre saliva, y sin lugar a dudas se supieron.
Se hizo negra la noche que duró lo que dura un beso.
Se elevaron, giraron como los planetas en torno al gran fuego.
No cabían ni dudas, ni tiempo, ni frío en aquel abrazo.
Cuando abrieron los ojos estalló el primer mundo.

Teresa Delgado © 2015
PEDRO SALINAS
Ahora te quiero,
como el mar quiere a su agua:
desde fuera, por arriba,
haciéndose sin parar
con ella tormentas, fugas,...
albergues, descansos, calmas.
¡Qué frenesíes, quererte!
¡Qué entusiasmo de olas altas,
y qué desmayos de espuma
van y vienen! Un tropel
de formas, hechas, deshechas,
galopan desmelenadas.
Pero detrás de sus flancos
está soñándose un sueño
de otra forma más profunda
de querer, que está allá abajo:
de no ser ya movimiento,
de acabar este vaivén,
este ir y venir, de cielos
a abismos, de hallar por fin
la inmóvil flor sin otoño
de un quererse quieto, quieto.
Más allá de ola y espuma
el querer busca su fondo.
Esta hondura donde el mar
hizo la paz con su agua
y están queriéndose ya
sin signo, sin movimiento.
Amor
tan sepultado en su ser,
tan entregado, tan quieto,
que nuestro querer en vida
se sintiese
seguro de no acabar
cuando terminan los besos,
las miradas, las señales.
Tan cierto de no morir,
como está

jueves, 16 de marzo de 2017

    Aún eres mío, porque no te tuve...
    Aún eres mío, porque no te tuve.
    Cuánto tardan, sin ti,
    las olas en pasar...
    ...
    Cuando el amor comienza, hay un momento
    en que Dios se sorprende
    de haber urdido algo tan hermoso.
    Entonces, se inaugura
    -entre el fulgor y el júbilo-
    el mundo nuevamente,
    y pedir lo imposible
    no es pedir demasiado.
    Fue a la vera del mar, a medianoche.
    Supe que estaba Dios,
    y que la arena y tú
    y el mar y yo y la luna
    éramos Dios. Y lo adoré.
    Antonio Gala

martes, 14 de marzo de 2017

Clementina Romero Bateman
Todavía
No lo creo todavía ...
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado ...
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo
tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto
nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa
sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía
pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro
y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido
y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.

domingo, 12 de marzo de 2017

    Así se hace el paisaje:
    póngale cielo arriba, cielo por dos mitades,
    un rebaño de nubes, un árbol solitario;
    ...
    ponga una raya al medio, pero lejos, muy lejos
    y déjeme quedarme soledad por mirarla,
    por ver atardecer, porque sí, para nada;
    por ver volver las tórtolas simples, crepusculares;
    déjeme en esta orilla donde miro hacia adentro
    y donde me padece, como un niño, la sangre.
    Déjeme ser la greda. Yo me conozco el aire;
    entre ser y no ser, me da por ser callada.
    Un bulto de silencio donde el viento se queda
    demorado, de piedra, detenido un instante.
    El siempre deja un poco de polvo compañero,
    un arsenal de adioses, un bailarín cansado
    a quien, hace mil años, llamamos remolino
    y hace girar, girando, sobre un pie a la distancia.
    Así se hace el paisaje: de mirar el origen.
    Cielo arriba los ojos. Y debajo, la sangre.
    Tengo, si es por tener, los sagrados oficios:
    tengo de hacer pan, de amasarlo temprano,
    de taparlo a la hora que el sol trepa a los pájaros
    y dejarlo que crezca como un fruto en octubre
    lentamente, a la sombra patriarcal de los árboles.
    Tengo, si es por tener, leña del quebracho
    que me caldea el horno desde lo rojo al blanco.
    Tengo, que cuando vienen los míos de la lluvia,
    tengo pan, y me suena a trigo las enaguas.
    Tengo que si lo pongo como un sol en la mesa
    mis hijos parpadean, ríen encandilados
    hasta que traigo humeando una ollada de locro
    y mi hombre parte el pan sobre su pecho grande
    y ahí, entre sus voces laboriosas y lerdas,
    miro caer la luna en lentas rebanadas.
    Entonces sí me acuerdo. Al paso del recuerdo
    me acuerdo de a pedazos, me acuerdo y no me acuerdo.
    Voy llenando los platos ausente del sonido,
    como mirando atrás, como atrás del pañuelo
    y mientras vuelco el frito de pimentón rojo
    siento que, de repente, se derrumba el olvido:
    una se pasa el año soñando con la albahaca.
    Pasa que nunca pasa el año mujeriego.
    Una guarda en la oreja algunas picardías,
    picaduras de abejas y cuentos de velorio,
    siembra albahaca a la orilla de la acequia sonora
    hasta que el carnaval suelta todos los toros
    y más luego, el Pukllay fusila la tristeza
    y una no sabe nunca quién le ardió la pollera,
    la cosa es que una tiene de azufre los sentidos
    y ahí nomás, de espaldotas, cae a la primavera.
    Es diablo el carnaval, sabe todas las mañas,
    pellizca en los Fortines inocente de harina,
    le chaya al pobrerío tanta alegría simple
    que el miércoles nomás todo queda ceniza.
    Después vienen los lloros, vuelve lo cotidiano
    y, si hay suerte, una tiene quien le ronde las casas.
    Más rápido que pronto hay que parar el rancho
    mientras vuelve el otoño cansado de vidalas.
    Todo para juntar los míos en la mesa
    y contar lo que tengo con los dedos del alma.
    Largas fueron las lunas y los hijos crecieron
    y la muerte no pudo darnos vuelta la taba.
    Esta es la hora linda. Todo vuelve a su sitio.
    Transparente, el recuerdo, se quiebra en las cucharas.
    Todo se me figura como rezar a solas
    y es como si comiéramos dentro de una campana.
    Suenan lejos las cosas: desde allá del sonido.
    Demoradas, eternas, son la cueva del sueño.
    Atrás, la noche espera parada en los nogales
    y un aroma de albahaca pasa arriba, en el viento.

viernes, 10 de marzo de 2017

    FRASES Y REFLEXIONES PARA AYER, HOY Y MAÑANA.
    UNA DE ÁNGELES.
    Creo que los ángeles nos besan, que nos tienen a su merced y que se nos parecen. Creo que los ángeles saben del amor y nos lo ofrecen rumbo a nuestras bocas. Creo que con ánimo más que suficiente les gusta todo de nosotros, sí: todo.Registran nuestra intimidad cuando amenaza llover agua turbia y nos abren su corazón convertido en el paraguas sonriente de la protección, aunque no seamos conscientes de ello, de sus sones de sueños buenos volando entre sus alas vigorosas. Creo que nos rozan el vestido de cada día distinto, así, suaves, quedamente, cuando nos cierran los ojos para ver los regalos sorprendentes de nuestras vidas, para no sentir la soledad. Y creo, que lo mejor es creer en lo que nos de esperanza, no importa cuan absurdo nos pueda parecer.Albertine Orleans
"Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.
Tal vez muy tarde...
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan."

Pablo Neruda

jueves, 9 de marzo de 2017



,,,,El amor es cómo juntar dos aguas,
es cóncavo y convexo,
es como unir dos almas
y en los labios
sentir dos latidos en un beso.
...
El amor es unir piel con piel ,
son dos caudales ,
es sentir la ternura
con que caen
las hojas de los árboles.
El amor es compartir la vida ,
y nos hace recorrer toda la magia ,
es elevarse a Dios ,
y escuchar melodías de otro mundo
con sones de guitarras.
Flor del atardecer el amor
viento en la noche
plenilunada luna , temblor
amanecer de bosque

Y qué , cuando el amor se va?
qué , si su falta
te apaga la mirada
sin piedad
mordiéndote en el alma ?
Rosa Mayo

martes, 7 de marzo de 2017

Sois ricos.
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón;
y alumbrando el camino de la fácil conquista,
la Libertad levanta su antorcha en Nueva York.

Mas la América nuestra, que tenía poetas
desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
que consultó los astros, que conoció la Atlántida,
cuyo nombre nos llega resonando en Platón,
que desde los remotos momentos de su vida
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
la América del gran Moctezuma, del Inca,
la América fragante de Cristóbal Colón,
la América católica, la América española,
la América en que dijo el noble Guatemoc:
«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América
que tiembla de huracanes y que vive de Amor,
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.

Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!
Armando Tejada Gómez


La paz, pequeño amor,
es una casa con un patio y una puerta
Los pueblos se unirán
para salvar al niño y al planeta
pequeño amor,...
sólo el amor podrá
hacer la paz
y custodiar la flor.

La paz universal
es el oficio popular
de la colmena
La paz es un taller
donde la vida
forja su tarea
Tañendo a paz
los pueblos cantarán
una canción
de espiga y de metal.
Hagan la paz
La casa de la paz
donde haya un niño
un patio y una puerta...
Armando Tejada Gómez

Patria, amor mío, quiero juntar todas las ganas,
todo el guitarrerío donde tu pueblo canta
para que, copla a copla, nos vayamos sabiendo
el tamaño, la furia, la herencia solidaria;
ese modo de sernos uno al otro, camino...
o río tumultuoso o historia castigada,
mientras que a golpe vivo de miseria aprendemos
que hay que empuñarse el rumbo sin pleitos ni abogados,
porque siempre nos joden, siempre nos joden, patria,
siempre los comedidos nos llevan a otra parte
Y basta! Ya está basta! Terminémosla, patria!
Y juntemos a todos en una misma gana
Para voltear el odio, el miedo, la miseria
y avanzar con el rostro nacional por el alba.
Armando Tejada
Oración solar
Madre me habla del sol
de Mama Ocllo y de la Pachamama,
maja maíz, sajuma
la casa con albahaca.
Yo tengo, allá en lo niño,
una memoria
de laurel y lavanda
un ritual de cocinas y de yuyos
que hierven en la hornalla.
Voy con esos aromas por la tierra
cada día que pasa.
Mis dioses no se ocupan de miserias,
culpas originales, ni pecados.
Elaboran, cantando, el universo
que es un verso unitario.
Dios es agricultor, nos dice madre
y su huerto es la vida: de la papa al tabaco
(Pachamama, cusiya; cusiya, Pachamama)
Lo que es y será, lo que ya ha sido,
lo que volverá a ser cada mañana.
Tata Inti, cusiya.
Sea la eternidad como mi madre
Cosas de niños (1991)
Armando Tejada Gómez

viernes, 3 de marzo de 2017

Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.

Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza;
eres culto, eres hábil; te opones a Tolstoy.
Y domando caballos, o asesinando tigres,
eres un Alejandro-Nabucodonosor.
(Eres un profesor de energía,
como dicen los locos de hoy.)
Crees que la vida es incendio,
que el progreso es erupción;
en donde pones la bala
el porvenir pones.
No.

Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
que pasa por las vértebras enormes de los Andes.
Si clamáis, se oye como el rugir del león.
Ya Hugo a Grant le dijo: «Las estrellas son vuestras».
(Apenas brilla, alzándose, el argentino sol
y la estrella chilena se levanta...) Sois ricos.
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón;
y alumbrando el camino de la fácil conquista,
la Libertad levanta su antorcha en Nueva York.

Mas la América nuestra, que tenía poetas
desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
que consultó los astros, que conoció la Atlántida,
cuyo nombre nos llega resonando en Platón,
que desde los remotos momentos de su vida
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
la América del gran Moctezuma, del Inca,
la América fragante de Cristóbal Colón,
la América católica, la América española,
la América en que dijo el noble Guatemoc:
«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América
que tiembla de huracanes y que vive de Amor,
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.

Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!

miércoles, 1 de marzo de 2017



JULIA PRILUTZKY
VOY HACIA TI COMO UNA ROSA VIVA
Voy hacia ti como una rosa viva...
deshojada en distancias y en esperas...
No lo sabes aún. Y no aceleras
el encuentro en la hora decisiva.

Voy hacia ti con precisión altiva
y antes que yo -oscuras mensajeras
del porvenir- las grises hilanderas
van tejiendo la trama fugitiva.
Estás en mí. Y no eres el culpable:
algo de tu presencia indescifrable
me dilata en las venas el latido
y se estira en mi piel con grave alarde.
Mis pájaros se alargan en la tarde
y todo es tan perfecto, que ya ha sido.

    MATERNIDAD
    Mujer: en un silencio que me sabrá de ternura,
    durante nueve lunas crecerá tu cintura;
    y en el mes de la siega tendrás color de espiga,...
    vestirás simplemente y andarás con fatiga.
    -El hueco de tu almohada tendrá olor a nido,
    y a vino derramado nuestro mantel tendido-.
    Si mi mano te toca,
    tu voz, con la vergüenza, se romperá en tu boca
    lo mismo que una copa.
    El cielo de tus ojos será cielo nublado.
    Tu cuerpo todo entero, como un vaso rajado
    que pierde un agua limpia. Tu mirada un rocío.
    Tu sonrisa la sombra de un pájaro en el río.

    Y un día, un dulce día, quizás un día de fiesta
    para el hombre de pala y la mujer de cesta;
    el día que las madres y las recién casadas
    vienen por los caminos a las misas cantadas;
    el día que la moza luce su cara fresca,
    y el cargador no carga, el pescador no pesca...
    -tal vez el sol deslumbre; quizá la luna grata
    tenga catorce noches y espolvoree plata
    sobre la paz del monte; tal vez en el villaje
    llueva calladamente; quizá yo esté de viaje...-.
    Un día, un dulce día, con manso sufrimiento,
    te romperás cargada como una rama al viento.
    Y será el regocijo
    de besare las manos, y de hallar en el hijo
    tu misma frente simple, tu boca, tu mirada,
    y un poco de mis ojos, un poco, casi nada...
    José Pedroni