jueves, 4 de junio de 2015

    Ya nunca más diré: «Todo termina»,
    sino: «Sonríe, alma, y comencemos.»
    En nuevas manos pongo nuevos remos...
    y nuevas torres se alzan de la ruina.

    Otra alegre mañana determina
    el corazón del mundo y sus extremos.
    Juntos, alma, tú y yo inauguraremos
    este otro amor y su preciosa espina.
    Para mirar mi muerte atrás miraba
    y encontré renaciente la llanura
    y sellada la boca de mi herida.
    Ni el nombre sé yo ya de quien amaba,
    desmemoriado y terco en la aventura
    de que quien me mató me dé la vida.
    Antonio Gala

     

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