jueves, 30 de abril de 2015

REFLEJOS

Y pese a todo, amor, pese al olvido,
pese a la sed que nace de tu ausencia,
conservo los esencial de la querencia
y el síndrome del pájaro sin nido.

Y pese a todo, amor, cuando me dejas
a medias del querer y emprendes vuelo,
en mi se nace el triste desconsuelo
y el suplicio de ver cómo te alejas.

Que en el nuevo sendero reinventado
puedas hallar la paz y la alegría,
que se reencarne en ti la luz del día
y se haga realidad tu sueño alado.

Y pese a todo, amor, pese a no verte,
pese a saberte en otras singladuras,
mi corazón, ya experto en las suturas,
no aprende la lección de no quererte.
José Miguel Junco Ezquerra

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