martes, 21 de abril de 2015

  hoy 
sigues dando esa paz que tú no encuentras. 
Recuerdo que me hablabas descansando 
todo el cuerpo en la voz, y tu voz era 
la que llevaba al mundo de la mano, 
amplia, segura, convencida, cierta. 
Recuerdo... ya no sé. ¿Cuándo empezaste 
a estar detrás de la memoria entera, 
detrás y como un tren que caminara 
sobre dos vidas en la misma rueda?
 Luis Rosales

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