lunes, 13 de abril de 2015

. He dado un montón de veces la vuelta al sol a bordo de un planeta azul, bellísimo e inmenso del que tan solo he visto una ínfima parte.
Poseo un milagro de 70 latidos por minuto y en la cabeza un universo de infinitas sinápticas estrellas que me permiten ver las que salpican el cielo cada noche. Vivo vestida de piel para cubrir un alma que me ha acompañado desde el principio de los tiempos. Respiro y huelo la fragancia de la vida. Me nutro de su esencia. Oigo y escucho las voces de la gente, de los niños, la música… Saboreo cada segundo que me alimenta y me emociono con las miradas que me encuentro en este maravilloso viaje que construyo a cada instante. Cuando vuelva a mi otra casa me llevaré una mochila llena de maravillas, ya tengo 188 estaciones, 17.155 puestas y salidas de sol, las pupilas cuajadas de miradas, sonrisas y belleza. También tengo los labios llenos de besos, la piel de caricias, mi cuerpo de abrazos grandes y chiquitos, las orejas de palabras, de susurros. En un bolsillo, me llevo mis lágrimas, mi dolor, mi tristeza, mi soledad, mi frio, lo amargo, lo áspero, lo estridente porque también eso me ayudó a ser la que hoy está escribiendo que la vida es bella, muy bella, inmensamente bella.
Teresa Delgado
 Tomado del blog de Teresa Delgado 

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