VENÍA POR EL ANDÉN DE LA TRISTEZA…
Venía por el andén de la tristeza
como un barco sin rumbo, a la deriva,
una sombra vagando fugitiva...
con un pañuelo azul en la cabeza.
Venía por el andén de la tristeza
como un barco sin rumbo, a la deriva,
una sombra vagando fugitiva...
con un pañuelo azul en la cabeza.
Venía por venir a parte alguna
como un viento que sopla indiferente,
un bulto sospechoso, un accidente,
un fantasma inventado por la luna.
Venía de las regiones donde el frío
deja una huella impía en la mirada
y un rejón que se clava en el costado.
Así la sorprendió la madrugada:
una improbable gota de rocío
humedeciendo un corazón ajado.
José Miguel Junco Ezquerra
como un viento que sopla indiferente,
un bulto sospechoso, un accidente,
un fantasma inventado por la luna.
Venía de las regiones donde el frío
deja una huella impía en la mirada
y un rejón que se clava en el costado.
Así la sorprendió la madrugada:
una improbable gota de rocío
humedeciendo un corazón ajado.
José Miguel Junco Ezquerra
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