sábado, 1 de agosto de 2015

    Desde un interno hablar a paraíso
    supo el poeta, a la rosa sin espinas
    dar sonido al color y una memoria
    encendida y honda a su fragancia.
    ...
    Y desnudó en Edén el jardín simple
    Nimbada fue la rosa ahí súbitamente
    con pureza de luz y una añoranza
    de sumergida alba que despunta.
    Busco un hilo de luz para esa rosa
    que en laberinto vegetal o escrito
    desentrañe al oído el ser más puro
    Busco un hilo de luz que la desande,
    por su abierta intimidad, en la belleza
    del amante jardín que nos espera.
    VERÓNICA VOLKOW

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