sábado, 16 de mayo de 2015

YA SABIA YO

Sí. Ya sabía yo que aquellas noches
de luna sin fulgor
de luna opaca
son temibles.
Se llega a cualquier ser humano
fácilmente
se conoce
su entrañable secreto
su gemido guardado
su nunca pronunciada palabra.
Se acaricia la piel bajo la piel
y la sangre escondida
dentro de la sangre.
Entonces, aquel hombre
- o aquella mujer - están desnudos
despojados, indefensos.
Y pueden ser heridos.
O adorados.
Sólo se necesita una noche de luna
pero de luna turbia:
una de esas noches
cuando las brujas tiemblan por temor
a los hombres.
Julia Prilutzki

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