Ahora recuerdo cómo se hizo el mundo,
cómo en aquella casa, a la que fuimos
con un colchón y un sueño, Dios creó
la riqueza de amarse.
Cómo apartó la luz
de las tinieblas y tuvimos la mesa,
los cojines,la percha,el guardarropas,
poco a poco.
Allí surgió la Luna al yo quererte,,
y al hablar de unos días de descanso,
la sierra palpitante, el mar querido.
Hace ya tanto tiempo que recuerdo
que memoria nací.
Y acaso sea
mi deseo no más : cómo los aires
desde el ahogo despegaron lentos,
cómo de estrellas se pobló la cama,
cómo volaron aves...
Y cómo Dios no ha descansado aún
Antonio Hernández
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