Ya no me sabe pan el
pan que como
si no lo comes tú y estás conmigo.
ya el vino pierde su sabor amigo
si en tu copa entrañable no lo tomo.
Ya borra el mar la espuma de su lomo
y el campo se despoja de su trigo
si no hallo tu presencia de testigo
en la nueva ventana a que me asomo.
No me olvides, amor, en la espesura
del mundo que viví sin conocerte,
sin alegrar mis ojos tu figura.
Déjame que, en el gozo de tenerte,
contemple cada día a más altura
mi corazón ardiendo por quererte.
Rafael de Penagos
De Sonetos del Buen Amor
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