viernes, 25 de marzo de 2016

    Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
    ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni
    esperanza.
    Solo en mi casa abierta sobre el puerto
    otra vez empe...zar a quererte,
    otra vez encontrarte en el café de la mañana
    sin que tanta cosa irrenunciable
    hubiera sucedido.
    Y no tener que acordarme de este olvido que sube
    para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
    y no dejarme más que una ventana sin estrellas.

    Julio Cortázar (fragmento)

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