Supe de tus sendas
desde mi altozano...
y alcancé tus aguas
con los besos llanos.
Bajé las laderas
buscando el abrazo,
y crucé ese bosque,
y dormí en tus prados.
Y enredé mis ojos
entre nuestras manos
y troqué las brisas
en suspiros claros.
Y llené mi boca,
de tu piel, remansos,
todos mis “te quieros”
en un solo te amo.
Y quise tu cariño.
Te pedí la mano.
Y dejé mis sueños.
Te viví… Soñando.
Y hasta la locura
de éxtasis colmado,
quise en ti mi vida
Quise…, todo..., y tanto.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
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