sábado, 18 de octubre de 2014

NANA DE LUNA Y SIRENA
Leí los versos de antaño,
alguien que hacía poemas
y escribía bellas nanas...
a las mujeres coquetas...

...Y que miraba los ojos
de azul y verde marea,
y que las olas y el bosque
le hacían sombra sin velas.
Mas, el amor se ponía
entre ocasos y sirenas
que nadaban y reían
cuando escribía el poeta.
“Te quiero niña de plata
entre los granos de arena
y desde el faro más grande,
el de mis ojos sin penas…”
Siguió el poeta cantando
en el paseo de estrellas
y a la luna preguntaba
¿por qué se van la sirenas?
Él, sin embargo sabía
del amor de mozas bellas
y poco le interesaban
las reinas de las mareas.
Pero un día de paseo
apoyada en una piedra,
relucían las escamas
de la náyade más bella.
Prendado le preguntaba
a Diana, luna llena,
que le mostrara despacito
como amar aquella reina.
Porque de nada servía
amarla de escamas llena,
y la luna respondía
que en un pez se convirtiera...
Lástima de poesía
y de la nana, qué pena,
nadie supo más del hombre
y no apareció la sirena...
Mas, soy la luna y respondo
tan solo cuando estoy llena:
están juntos en el fondo
amándose en las mareas.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
12-X-2014

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