vengo de tener lunas al alcance de los dedos.
he paseado la sonrisa, por un universo de albas,
gorriones y luceros.
el lugar, se prestaba a todo tipo de íntimas proclamas,
al deseo más humano, más cercano al sexo.
vengo de tener un sueño desorbitado,
infinito, como la galaxia de su espalda.
El cigarro de José Agustín
No hay comentarios:
Publicar un comentario