miércoles, 25 de mayo de 2016

    Historia de tu ausencia
    Si ahora digo amor tal vez no diga
    que la ausencia me mira del fondo de tus ojos,
    que aquí estuvimos juntos, que fue hermoso...
    y que el sol conocía tu perfil de memoria.
    Tal vez sea imposible que alguien sepa lo claro,
    la luz que fue llevarte de la mano pequeña
    como a un tallo mecido por un viento de música
    hacia los territorios donde aguarda el silencio.

    Y ya que estás distante,
    qué pensarán los árboles
    qué dirán las canciones,
    cómo verá la noche mi soledad de río;
    dónde pondrán su ronda los niños de la tarde,
    adónde irán los pájaros sin tu risa y mi silbo
    y la calle tan sola con sus puertas inútiles
    y las sombras sin besos
    y los perros perdidos;
    ahora que la ausencia me interrumpe la boca,
    ahora que me esperas tan allá de los niños.
    Se nos ha muerto el año.
    Yo le veo el invierno
    hecho de un sólo frío,
    de un solo tajo solo
    a la mitad de agosto,
    de una dura distancia...
    larga, definitiva.
    Porque de pronto sobran los barcos,
    los andenes
    y de pronto este rumbo ya no tiene sentido
    como si nadie fuera hacia ninguna parte
    o alguien hubiera muerto a mitad de camino.
    Alguien.
    Mi voz. Tu pelo. Las cosas que no dije.
    La flor de tu vestido.
    Se nos ha muerto el año donde dejé tu nombre
    para que recobrara su condición de estío.
    Ya no sé,
    nunca entiendo estas precarias sílabas,
    cosas que no recuerdo de pronto me dominan:
    ¿te dije que tenías la piel como de humo?
    ¿que de estarme en tus ojos me conozco el origen?
    ¿te he enseñado el misterio de los árboles solos?
    ¿sabes ya que tus manos son dos siestas dormidas?
    No sé,
    nunca recuerdo tanta distancia,
    tanta canción que no he cantado cuando anduvimos juntos.
    Me dolería mucho no haberte dicho todo
    lo que llevo en la boca casi como otra risa.
    ARMANDO TEJADA ( Argentina, 1929-1992 

lunes, 23 de mayo de 2016

    Canción cuando te vas
    Las cosas han quedado conmovidas de vos,
    tibias de tu rescoldo palpitante.
    ...
    En el decoro simple de mi casa
    perdura aún el orden de tus manos.
    Ayer volvió la lluvia. Vino sola
    y te estuvo nombrando en la ventana.
    A medio sueño anduve entre mis cosas
    tropezando en tu aroma a cada paso.
    Empecé una canción. No me convence
    -le sobran ramas y le faltan pájaros-,
    si le pongo más pájaros se vuela
    ¡y yo me quedo con la rama al aire!
    Al aire solo, mientras busco el mapa
    de tu geografía cotidiana,
    las llanuras de ausencia que te alejan,
    la isla de tu cuerpo entre las sábanas
    y esa niebla de vos, esa nostalgia
    que le empaña la brújula a mi balsa
    donde yo intento una canción en ramas
    para llenar la soledad de pájaros!
    Armando Tejada Gómez



entonces tú.
Entonces me creciste
de un eco dulce que en la fe llevaba.
Yo te besé en la luz,
donde se besan...
la madera, los pájaros y el agua,
porque era necesario que tuvieras
un clima donde andar con tu milagro,
una lluvia de júbilo a tu diestra
y un badajo de sol por las mañanas.
Era tan necesario darte espacio,
lugar en la canción,
sitio en el alba,
mientras yo hilaba mi canción agreste
con el viento que hilaba tu costado.

Por eso fue distinto,
parecía
que el río te llevaba de la mano
para que hasta la sal te conociera
antes de ser espuma entre las aguas.
Ibas hacia la noche como el día
con un paso apagado y otro en llamas,
lenta de tu misterio,
promovida
por un rumor de niños y campanas.
Y hubo que hacer de nuevo cada cosa:
la minuciosa flor, la lluvia;
tanto
que llegada al amor no fue posible
penetrar en lo muerto y olvidarte,
porque tú,
fundadora, regresabas
hasta habitar mi voz con tu imbatible
diapasón de nacer,
prieto en la carne;
propagadora de la miel del mundo,
llegaste a mi canción con tu rescate
y en realidad fue nueva cada cosa
a partir de la luna en que llegaste
Armando Tejada Gómez (fragmento)
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miércoles, 18 de mayo de 2016

Visión
¿Eres un imposible? ¿Una quimera?
¿Un sueño hecho carne, hermosa y viva?
¿Una explosión de luz? Responde esquiva
maga en quien encarnó la primavera.

Tu frente es lirio, tu pupila hoguera,
tu boca flor en donde nadie liba
la miel que entre sus pétalos cautiva
al colibrí de la pasión espera.

¿Por qué sin tregua, por tu amor suspiro,
si no habré de alcanzar ese trofeo?
¿Por qué llenas el aire que respiro?

En todas partes te halla mi deseo:
los ojos abro y por doquier te miro;
cierro los ojos y entre mí te veo.

Julio Florez
Tú no sabes amar; ¿acaso intentas
darme calor con tu mirada triste?
El amor nada vale sin tormentas,
¡sin tempestades... el amor no existe!

Y sin embargo, ¿dices que me amas?
No, no es el amor lo que hacia mí te mueve:
el Amor es un sol hecho de llamas,
y en los soles jamás cuaja la nieve.

¡El amor es volcán, es rayo, es lumbre,
y debe ser devorador, intenso,
debe ser huracán, debe ser cumbre...
debe alzarse hasta Dios como el incienso!

¿Pero tú piensas que el amor es frío?
¿Que ha de asomar en ojos siempre yertos?
¡Con tu anémico amor... anda, bien mío,
anda al osario a enamorar los muertos!

Julio Florez

lunes, 16 de mayo de 2016

    SOÑAR TU PASIÓN
    Te conocí y eso fue
    un regalo mensajera
    caminante amiga generosa ...
    excavación del silencio
    radiante todo fue en ti
    años en fuga del tiempo
    solícita entre todos
    armonía y batalla
    dejaste tus estrellas
    convertidas en poemas
    habrá siempre
    esa luz presente
    nacida de tu boca
    pareces ahora
    soñar tu pasión

    Gonzalo Suárez

domingo, 15 de mayo de 2016



No te salves - Mario Benedetti
Un día como hoy, un 14 de Septiembre, pero de 1920, nacía en Paso de los Toros, Uruguay, un grande de la Poesía Latinoamericana: Don Mario Benedetti.
No te salves
...
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti
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Armando Tejada Gómez
    Vengo de ser país. Del viento vengo. Pasé y pisé la sal de la distancia. Traigo horizonte el corazón y traigo un silbo golondrina en la esperanza. He visto el r...ostro madre de la tierra, la leña bruja donde el sueño arde cuando la noche de los pobres crece como una ardiente rebelión del aire. Vuelvo desde lo hondo de mí mismo después de haber oído el grito macho quebrarse en el alcohol, hacerse polvo sollozando el golpeado desamparo. Vengo de ser país. Traigo este rostro tallado a la intemperie y estas manos ejercitadas en el viejo oficio de la vieja ternura y el trabajo. Digo que tengo vela en este entierro, sombra en la tierra y perro que me ladre. Me llamo Pedro, como cualquier Pedro inmemorial y hueso y piedra y padre.
    Es por eso que quiero y digo quiero con una urgencia vertical clamando: sitio de patria para el cielo mío, cielo en el sitio de la patria que ando. Quiero… ¿Cómo diré? Quiero la mano, dar la mano a la mano por la sangre y jurarse debajo, en las raíces, no soltarse las sangre ni las manos. Porque por las roturas y el olvido repta la muerte su culebra pálida y un odio espeso de aire muerto cruza degollando la flor con frías ráfagas. Por eso quiero que las manos junten el amor en un puño y no lo suelten sino para sembrarlo en lo más pueblo de este país que somos, hondamente.
    Eso quiero a la hora de quedarme, maduro ya de polen y caminos mientras crece a lo árbol la esperanza y el corazón navega entre sus ríos. Anduve y trabajé. Ahora canto todo lo caminado y aprendido. Pero no canto solo, en mi guitarra todos los días se despierta un niño.

sábado, 14 de mayo de 2016

Miguel Hernandez .Poeta español


Jornaleros que habéis cobrado en plomo
sufrimientos, trabajos y dineros.
Cuerpos de sometido y alto lomo:
jornaleros.
Españoles que España habéis ganado
labrándola entre lluvias y entre soles.
Rabadanes del hambre y el arado:
españoles.
Esta España que, nunca satisfecha
de malograr la flor de la cizaña,
de una cosecha pasa a otra cosecha:
esta España.
Poderoso homenaje a las encinas,
homenaje del toro y el coloso,
homenaje de páramos y minas
poderoso.
Esta España que habéis amamantado
con sudores y empujes de montaña,
codician los que nunca han cultivado
esta España.
¿Dejaremos llevar cobardemente
riquezas que han forjado nuestros remos?
¿Campos que ha humedecido nuestra frente
dejaremos?
Miguel Hernamdez .Poeta Español

viernes, 13 de mayo de 2016



José Miguel Junco Ezquerra
NATURALEZA VIVA
Es más tímida la luna cuando encara tu belleza y menos agua es el agua cuando se mira en tu pelo pues se le derrite el velo ante tanta fortaleza. La claridad se amilana ante tanta lozanía y hasta el anuncio del día se espera para mañana.
...
Se abren paso y se voltean las alas del ruiseñor, se le queda mudo el canto cuando tus pechos otean, quién podrá con ese amor, quién hará frente al candor que en tus ojos aletea.Y cómo expresar mejor la elocuencia de tus besos si presa de un embeleso la cintura te cimbrea y yo me quedo en los huesos.
Es la historia singular entre belleza y ternura, ninguna flor en su altura se te puede equiparar, si hasta oírte suspirar se convierte en aventura. La tarde con galanura celebra tu boca ardiente y en los mares las corrientes se tuercen la dirección, te buscan el corazón y en él transforman en fuente la esencia de una pasión.
Si hasta de noche desnudo tu cuerpo busca el sonido, tu cuerpo y esas maneras que tienes de desplegarte, sí tan solo por amarte junto a tu cama hace nido y se simula dormido para verte en tu esplendor, si hasta le cambia el color y se escucha, estremecido, el eco de su temblor repicándote al oído.

jueves, 12 de mayo de 2016

    Alta la noche de Chile
    resuena un galope de piedra y de mar.
    Pobre del pobre en el cobre
    no hay pobre que cobre ni pa' suspirar.
    Chile es un galope largo...
    que empieza en el salitral,
    su maire el colmillo blanco
    de la muerte mineral.
    El que se va de la tierra
    siempre deja un rastro para regresar
    porque más vale la muerte
    que perder el rastro y luego olvidar.
    Yo nací en la Araucanía,
    de la nieve al arenal,
    cantando una cueca larga
    como pa' morir parao.
    Sueño del sueño que sueño,
    que a veces al sueño le da por soñar.
    A veces sueño que sueño
    que Chile es un sueño para despertar.
    Cuando vuelva por Rancagua
    o regrese por Chillán
    quiero encontrar en el vino
    la cueca caliente de la libertad.
    Armando Tejada Gómez

miércoles, 11 de mayo de 2016

Enamorarse y no... Mario Benedetti (Siempre su poesía)
Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros...
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.

martes, 10 de mayo de 2016

    Cada vez que te amo
    vida y muerte
    están presentes:
    amanecer
    y noche
    paraíso
    sepulcro."
    Claribel Alegría
Historia de tu ausencia

Si ahora digo amor tal vez no diga
que la ausencia me mira del fondo de tus ojos,
que aquí estuvimos juntos, que fue hermoso
y que el sol conocía tu perfil de memoria.
Tal vez sea imposible que alguien sepa lo claro,
la luz que fue llevarte de la mano pequeña
como a un tallo mecido por un viento de música
hacia los territorios donde aguarda el silencio.

Y ya que estás distante,
qué pensarán los árboles
qué dirán las canciones,
cómo verá la noche mi soledad de río;
dónde pondrán su ronda los niños de la tarde,
adónde irán los pájaros sin tu risa y mi silbo
y la calle tan sola con sus puertas inútiles
y las sombras sin besos
y los perros perdidos;
ahora que la ausencia me interrumpe la boca,
ahora que me esperas tan allá de los niños.

Se nos ha muerto el año.
Yo le veo el invierno
hecho de un sólo frío,
de un solo tajo solo
a la mitad de agosto,
de una dura distancia...
larga, definitiva.
Porque de pronto sobran los barcos,
los andenes
y de pronto este rumbo ya no tiene sentido
como si nadie fuera hacia ninguna parte
o alguien hubiera muerto a mitad de camino.

Alguien.
Mi voz. Tu pelo. Las cosas que no dije.
La flor de tu vestido.
Se nos ha muerto el año donde dejé tu nombre
para que recobrara su condición de estío.

Ya no sé,
nunca entiendo estas precarias sílabas,
cosas que no recuerdo de pronto me dominan:
¿te dije que tenías la piel como de humo?
¿que de estarme en tus ojos me conozco el origen?
¿te he enseñado el misterio de los árboles solos?
¿sabes ya que tus manos son dos siestas dormidas?

No sé,
nunca recuerdo tanta distancia,
tanta canción que no he cantado cuando anduvimos juntos.
Me dolería mucho no haberte dicho todo
lo que llevo en la boca casi como otra risa.

ARMANDO TEJADA        ( Argentina, 1929-1992 )



Canción cuando te vas

Las cosas han quedado conmovidas de vos,
tibias de tu rescoldo palpitante.
En el decoro simple de mi casa
perdura aún el orden de tus manos.
Ayer volvió la lluvia. Vino sola
y te estuvo nombrando en la ventana.
A medio sueño anduve entre mis cosas
tropezando en tu aroma a cada paso.

Empecé una canción. No me convence
-le sobran ramas y le faltan pájaros-,
si le pongo más pájaros se vuela
¡y yo me quedo con la rama al aire!
Al aire solo, mientras busco el mapa
de tu geografía cotidiana,
las llanuras de ausencia que te alejan,
la isla de tu cuerpo entre las sábanas
y esa niebla de vos, esa nostalgia
que le empaña la brújula a mi balsa
donde yo intento una canción en ramas
para llenar la soledad de pájaros!

Del libroHistoria de tu ausencia
 

domingo, 8 de mayo de 2016

    ROQUE DALTON
    MI AMOR POR TI
    Mi amor por ti es mucho más que amor,...
    es algo que se amasa día a día,
    es proyectar tu sombra junto a mí,
    hacer con ellas una sola vida.

    Las miradas que ya al conocer
    se hablan entre sí en la distancia,
    no hacen falta palabras...qué más da!
    si ya interpretamos lo que claman.
    Los mil detalles que tienes tú por mí,
    mi descaro al advertir en lo que fallas,
    el sincerarme cuando hay que decir
    lo que sinceramente no se calla.
    Mi amor por ti es mucho más que amor.
    Mi amor por ti es como una nevada,
    un torrente de luz, algo tan bello...
    como ponerse el sol o amanecer el alba.

or el viejo parque solitario y helado, Hace un rato pasaron dos formas. Están sus ojos vacíos, desvaídos sus labios, Y sus palabras ni siquiera se escuchan. En el viejo parque solitario y helado Dos espectros evocaron el pasado. -¿Recuerdas nuestro antiguo arrebato? -¿Porqué tendría que recordarlo? -¿Aún tiembla tu corazón al sonido de mi nombre? ¿Cuando sueñas, ves mi alma todavía? –No. -¡Ah, los días pasados de dicha innombrable, en que nuestras bocas se unían! –Es posible. -¡Qué azul era el cielo, la esperanza qué inmensa! -Huyó la esperanza, vencida, hacia los cielos sombríos. Así caminaban entre las hierbas silvestres Y sólo la noche escuchó sus palabras. Paul Verlaine - Leo Ferre.-

viernes, 6 de mayo de 2016

Rubén Darío
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?
Quizá. ...
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas.
Las que tienen prisioneros
a los silfos de la luz,
las que andan con un capuz
salpicado de luceros.
Las que mantos de escarlata
lucen con regio donaire,
y las que hienden el aire
con su varita de plata.
¿Era día o noche?
El astro
de la niebla sobre el tul,
florecía en campo azul
como un lirio de alabastro.
Su peplo de oro la incierta
alba ya había tendido.
Era la hora en que en su nido
toda alondra se despierta.
Temblaba el limpio cristal
del rocío de la noche,
y estaba entreabierto el broche
de la flor primaveral.
Y en aquella región que era
de la luz y la fortuna,
cantaban un himno, a una,
ave, aurora y primavera.
Las hadas ?aquella tropa
brillante?, Delia, que he dicho,
por un extraño capricho
fabricaron una copa.
Rara, bella, sin igual,
y tan pura como bella,
pues aún no ha bebido en ella
ninguna boca mortal.
De una azucena gentil
hicieron el cáliz leve,
que era de polvo de nieve
y palidez de marfil.
Y la base fue formada
con un trémulo suspiro,
de reflejos de zafiro
y de luz cristalizada.
La copa hecha se pensó
en qué se pondría en ella
(que es el todo, niña bella,
de lo que te cuento yo).
Una dijo: ?La ilusión;
otra dijo: ?La belleza;
otra dijo: ?La riqueza;
y otra más: ?El corazón.
La Reina Mab, que es discreta,
dijo a la espléndida tropa:
?Que se ponga en esa copa
la felicidad completa.
Y cuando habló Reina tal,
produjo aplausos y asombros.
Llevaba sobre sus hombros
su soberbio manto real.
Dejó caer la divina
Reina de acento sonoro,
algo como gotas de oro
de una flauta cristalina.
Ya la Reina Mab habló;
cesó su olímpico gesto,
y las hadas tanto han puesto
que la copa se llenó.
Amor, delicia, verdad,
dicha, esplendor y riqueza,
fe, poderío, belleza...
¡Toda la felicidad!...
Y esta copa se guardó
pura, sola, inmaculada.
¿Dónde?
En una isla ignorada.
¿De dónde?
¡Se me olvidó!...
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambres de mariposas?
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Esto nada importa aquí,
pues por decirte escribía
que esta copa, niña mía,
la deseo para ti.

jueves, 5 de mayo de 2016

Tal vez sea imposible que alguien sepa lo claro,
lo luz que fue llevarte de la mano pequeña
como a un tallo mecido por un viento de música
hacia los territorios donde aguarda el silencio.
...
Y ya que estás distante,
que pensarán los árboles,
qué dirán las canciones,
cómo verá la noche mi soledad de ríos;
dónde pondrán su ronda los niños de la tarde,
adónde irán los pájaros sin tu risa y mi silbo
y la calle tan sola con sus puertas inútiles
y las sombras sin besos
y los perros perdidos;
ahora que la ausencia me interrumpe la boca,
ahora que me esperas tan allá de los niños.
Se nos ha muerto el año.
Yo le veo el invierno
hecho de un solo frío,
de un solo tajo solo
a la mitad de agosto,
de una dura distancia
larga, definitiva.
Porque de pronto sobran los barcos,
los andenes
y de pronto este rumbo ya no tiene sentido
como si nadie fuera hacia ninguna parte
o alguien hubiera muerto a mitad de camino.
Armando Tejada Gomez (fragmento 


entonces tú.
Entonces me creciste
de un eco dulce que en la fe llevaba.
Yo te besé en la luz,
donde se besan...
la madera, los pájaros y el agua,
porque era necesario que tuvieras
un clima donde andar con tu milagro,
una lluvia de júbilo a tu diestra
y un badajo de sol por las mañanas.
Era tan necesario darte espacio,
lugar en la canción,
sitio en el alba,
mientras yo hilaba mi canción agreste
con el viento que hilaba tu costado.

Por eso fue distinto,
parecía
que el río te llevaba de la mano
para que hasta la sal te conociera
antes de ser espuma entre las aguas.
Ibas hacia la noche como el día
con un paso apagado y otro en llamas,
lenta de tu misterio,
promovida
por un rumor de niños y campanas.
Y hubo que hacer de nuevo cada cosa:
la minuciosa flor, la lluvia;
tanto
que llegada al amor no fue posible
penetrar en lo muerto y olvidarte,
porque tú,
fundadora, regresabas
hasta habitar mi voz con tu imbatible
diapasón de nacer,
prieto en la carne;
propagadora de la miel del mundo,
llegaste a mi canción con tu rescate
y en realidad fue nueva cada cosa
a partir de la luna en que llegaste
Armando Tejada Gómez (fragmento)
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miércoles, 4 de mayo de 2016



Mensaje de la Luna ( la Luna tiene carteros )
_Hola ¿ que tal? buenas noches .
_Hola , que lindo paseo,
¿podrías acompañarme?
_Sí, hay luna llena en el cielo;...
¿por qué estará tan solemne?
_Por llegar a tus silencios
y ser caricia en tu cara,
para velar a tus sueños
porque al fin ya te ha encontrado
en su vagar desde eterno
y en tus ojos color noche
quiere sentirse reflejo....
_No podía imaginarme...
_Dice quererte en el cielo.
Y ella es mi hechizo ¿Quién eres ?
_Verás , yo soy su Ángel cartero,
te envía un cósmico abrazo.
_No lo esperaba ¿es un sueño?
_No lo es y...¿tienes respuesta?
_Mi abrazo humano le entrego .

Ángeles Sánchez Gandarillas



¡Ah, cuando una muchacha irrumpe, cuando irrumpe
de veras, cómo avanzan los siglos y se ponen
azules las miradas y se alongan los niños sin refugio
para ver cómo brilla en medio de la plaza,
en medio del asombro que sacude el ahora libre espíritu,
el orgullo de ser tan propiamente bautizo y comunión de una certeza,
llama que alumbra el corazón cansado,
denuncia y convicción, metal y roca.
Una muchacha quema el aire putrefacto con su fuego de añil
desde lo hondo, desde lo más profundo, desde el centro
cordial donde se juntan la base de los sueños con la altura.
Nada puede aplacar la fuerza primitiva,
nada entre la pared y el horizonte,
nada entre la pasión y las raíces;
mientras la fiebre arde en los ojos de la muchacha
que ríe llora gime y desespera,
¡y quién no desespera en una noche así!
Ah, cuando una muchacha irrumpe,
cuando irrumpe de veras desde el núcleo
mientras la fiebre fulge en sus ojos
y la ceniza cubre su pelo ensortijado
y se deja caer y siente que le sale
la vida a borbotones y mientras arde pide la palabra.
José Miguel Junco Ezquerra

martes, 3 de mayo de 2016

    Ay si no fuera por ese elevarse,
    alejarse,acercarse,disolverse
    llegar despacio, despacio, despacio,
    como se escribe un verso
    ...
    como se hace la música
    como vivir,
    como esperar con la promesa de un beso
    escondida entre los labios.
    Ay si no fuera por los sueños,
    Ay si no fuera por las alas.
    Fragmento
    Teresa Delgado © 2014
    El divino amor... Alfonsina Storni (poeta argentina)
    Te ando buscando, amor que nunca llegas;
    te ando buscando, amor que te mezquinas.
    Me aguzo por saber si me adivinas;...
    me doblo por saber si te me entregas.

    Las tempestades mías, andariegas,
    se han aquietado sobre un haz de espinas;
    sangran mis carnes gotas purpurinas
    porque a salvarte, oh niño, te me niegas.
    Mira que estoy de pie sobre los leños,
    que a veces bastan unos pocos sueños
    para encender la llama que me pierde
    Sálvame, amor, y con tus manos puras
    trueca este fuego en límpidas dulzuras
    y haz de mis leños una rama verde.

domingo, 1 de mayo de 2016



La mañana inicial sube embestida por la luz
principal y entrañable;
ya está nupcial soltando las palomas
entre la adolescencia de los árboles,
buscándolo,
tocándole lo verde que anda en la arboladura de su sangre,
lo verde flor que es él cuando amanece,
cuando amanece flor a flor de labios:
todavía aromado,
aún simiente,
aún simiente aroma enamorado,
amanece,
despierta lentamente por regiones de luz,
a pasos cálidos,
mientras que, panza arriba, el sol paterno
pasa sobre los humos del verano,
bebiéndolo,
lamiéndole la índole,
abriéndole al puerta de los párpados
por donde entra el día hasta su boca,
hasta su corazón verde y oceánico;
sube, viene,
lo busca la mañana
y aún tiene en la piel mujer y mosto,
su mujer moscatel en el costado,
dormida todavía como greda,
gredosa e inocente a su costado,
como greda dormida en la inocencia del barro maternal
que está soñando;
así,
tirado así de las raíces,
Lucas Romero asume la mañana.
Y todo es nuevo entonces,
bien nacido,
todo puede empezar esta mañana,
seguir creciendo,
andar el agua nueva que adentro del rocío está sonando
con un ruido interior de tierra herida
por la lengua estival que enreda el agua;
y él, entonces, de pie,
yendo y viniendo,
poniéndose de acuerdo con los pájaros,
semental y aturdido por el júbilo
que pasa por la brújula del aire:
mírelo aguaribay,
véalo rama,
tenga en cuenta sus manos vegetales,
fíjese, cuando mira el horizonte, cómo le queda el cielo
en las pestañas:
tan como en su lugar, pero ya ardiendo;
allí, de piel y raigal, con ese modo,
esa manera de paisaje que anda.
Véalo transitar en su armadura,
en la bandera viva de su traza,
en el cobre terrestre
de su pecho
y en la paz de sus huesos minerales;
acérquese,
miremos su ternura,
lo frutal de su boca de durazno,
la frente de soñar duendes y siembras
en la locura cereal del año.
Ese rostro trigal,
esa existencia circular de su voz y de su sangre,
allí en la luz,
cruzando por la tierra,
cruzado por la tierra y por el aire donde él residirá
y será habitado,
donde será habitado y habitante.
Así, Lucas Romero se recobra,
sale a vivir,
bebe su trago de alba,
de pie sobre su vida numerosa,
alto
en la luz mayor de la mañana.
Armando Tejada