viernes, 25 de diciembre de 2015

    ÁNGELA FIGUERA AYMERICH
    MUJER
    ...
    ¡CUÁN vanamente, cuán ligeramente
    me llamaron poetas, flor, perfume...!
    Flor, no: florezco. Exhalo sin mudarme.
    Me entregan la simiente: doy el fruto.
    El agua corre en mí: no soy el agua.
    Árboles de la orilla, dulcemente
    los acojo y reflejo: no soy árbol.
    Ave que vuela, no: seguro nido.
    Cauce propicio, cálido camino
    para el fluir eterno de la especie.

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