jueves, 27 de noviembre de 2014

Y ahora, bienamada, por el mar crepitante
volvemos como dos aves ciegas al muro,
al nido de la lejana primavera,
porque el amor no puede volar sin detenerse: ...
al muro o a las piedras del mar van nuestras vidas,
a nuestro territorio regresaron los besos.

 Pablo Neruda

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