lunes, 14 de abril de 2014

LA GENTE ME COMENTA A MENUDO

La gente me comenta a menudo lo pesada que le resulta su vida en ocasiones, cómo es que aquellas olas en el océano de la vida le resultan tan intensas que sienten que podrían derrumbarse si esto llegara más lejos, y la única "solución" parecería ser desconectarse y adormecerse con el fin de tratar de desviar su atención de esa experiencia presente y después, soñar con una futura liberación o despertar. El dolor, el miedo, la tristeza, la alegría y la felicidad podrían llegar a sentirse tan intensamente, tan colosalmente inmanejables, tan fuertes o tan intensamente maravillosas, como si estuviera uno a punto de morir, a punto de ser aplastado por el peso de la vida y esto puede resultar aterrador, el hecho de sentirse como al borde de la muerte.

Tal vez no sea la muerte a la que le tememos, sino a experimentar demasiado la vida.

Pero así como el propio océano, como el vasto espacio de la conciencia abraza todas esas amadas olas, tú jamás podrías ser realmente destruido, ya que reconoces que todas las olas son simplemente movimientos de ti mismo y nunca podrían lastimar tu esencia. Una ola no puede inundar el agua, una tormenta es incapaz de destruir el mar, una lágrima no puede llorar por sí misma, y basándonos en este conocimiento podríamos expandirnos en lugar de contraernos, podemos realmente abrirnos a la posibilidad de permitir sentirnos completamente abrumados, más allá de la razón, sabiendo a ciencia cierta, que sería imposible llegar a estar verdaderamente abrumados, y que si alguna vez llegamos hasta ese punto, la vasta, creativa, y amorosa inteligencia del cuerpo nos haría caer inconscientes al instante.

Y así, de esta manera, podemos abrirnos sin temor alguno tanto al dolor como a la dicha que nos ofrece la vida, integrando todo ello dentro de nosotros mismos, teniendo la seguridad de que nada podría realmente abrumarnos, confiando en la inteligencia de nuestro cuerpo, de tal forma que incluso los lugares más oscuros se inundarían con nuestra propia luz, y aquella pérdida se transmutaría en amor, y el dolor se transmutaría en compasión, y aquel concepto tan arraigado de "busca y encontrarás" se transmutará amorosamente en "deja de buscar, pequeño, descansa profundamente en ti mismo, ahora, y serás encontrado..."

Jeff Foster

                                      Amaia Makatzaga Aranburu

No hay comentarios:

Publicar un comentario