jueves, 28 de abril de 2016

    Solo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
    al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
    porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
    ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.
    ...
    Solo tú y yo sabemos porqué mi boca miente,
    relatando la historia de un fugaz amorío;
    y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
    y aún nos arde en los labios algún beso reciente.
    Solo tú y yo sabemos que existe una simiente
    germinando en la sombra de este surco vacío,
    porque su flor profunda no se ve, ni se siente.
    Y así, las dos orillas, tu corazón y el mío,
    pues, aunque las separa la corriente de un río,
    por debajo del río se unen secretamente.
    José Ángel Buesa

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