lunes, 23 de enero de 2017

    Canción del forastero
    De qué me sirve a mí la primavera,
    esta ciudad con plazas y alamedas,
    si en el acontecer del día que se va...
    en toda esta ciudad, nadie me espera.
    De qué me sirve a mí tanto paisaje,
    el cielo cruel y azul, la luna llena,
    si en el acontecer de oscura inmensidad,
    en toda esta ciudad, no hay quién me quiera.

    Los ojos sin amor son ojos muertos,
    miran pero no ven: la piel del día,
    la fiesta de color del pájaro y la flor,
    el rostro natural de la alegría.
    De qué puede sevir mirarnos sin amar?
    Los ojos sin amor, no ven la vida.
    El solo marcha solo hacia la muerte,
    es como un forastero de los días,
    dirá que estuvo aquí y no supo entender
    por qué los que se amaban, sonreían.
    Un hombre, una mujer, por separado
    son la mitad del ser, dos soledades,
    de qué pueden servir si no saben unir
    en el río de un niño las dos sangres.
    Armando Tejada Gómez

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