Yo me acerqué hasta tu vera
con miedo, ¿por qué negarlo?
Te reventaba en la boca
un clavel de veinte años ...
y en la mejilla un süave
melocotón sonrosado.
Cuando dijistes: «Te quiero»
fue tu voz igual que un caño
de agua fresca en una tarde
calurosa de verano.
con miedo, ¿por qué negarlo?
Te reventaba en la boca
un clavel de veinte años ...
y en la mejilla un süave
melocotón sonrosado.
Cuando dijistes: «Te quiero»
fue tu voz igual que un caño
de agua fresca en una tarde
calurosa de verano.
Se me echó encima el cariño
lo mismo que un toro bravo
y quedé sobre la arena
muerto de amor y sangrando
por cuatro besos lentísimos
que me brindaron tus labios.
Rafael de León
lo mismo que un toro bravo
y quedé sobre la arena
muerto de amor y sangrando
por cuatro besos lentísimos
que me brindaron tus labios.
Rafael de León
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