miércoles, 23 de noviembre de 2016

Se miraban
Qué esfera de vigilia donde mirarse quietos,
sintiéndose la sangre como por dos afluentes
de una vena increíble.
Primero se miraban y se miraban solos, ...
el peso de los sueños, la hechura de la vida,
la voz de únicamente llamarse por sus nombres,
el gesto ineludible de mirarse tan hondo,
tan hondo, hasta el origen. Acaso se sabían
desde antes
y por eso....
Pero ellos se miraban como si bebiesen
un agua muy, muy dulce, y la bebiesen solos
o a nadie le pudiera saber tan dulcemente
y por eso mirarse de ese modo tan suyo,
perdidos en sí mismos, mirándose insaciables,
porque así se ayudaban a crecer. Se querían.
Por eso se miraban.
Por eso se miraron después ampliando el círculo
de luz al infinito.
Y en todo se miraban después, reconociéndose.
Y no había otra forma de vivir. La vida era
un gran deber de amarse.
Queriéndose podían
construir el horizonte,
¡iluminar el mundo!
Armando Tejada

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