lunes, 27 de junio de 2016

Si quedase silencio solamente,
si el mundo que me envuelve se parase
y la luna nacida no alumbrase,
si los ríos secaran su torrente
...
y las hojas cubrieran el relente,
si la mar dislocada se quebrase
y mi Dios y su nombre yo olvidase,
si la muerte anidara su simiente
y la nada reinara en su vacío
construiría en mis versos otra vida
con tu nombre soñado como glosa,
con tus ojos, estrella del rocío,
con tu risa cual brisa sostenida,
con tus labios abiertos como rosa.
(De Donde el viento silba nácar)
José García Pérez

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