sábado, 31 de octubre de 2015

Y si la gente -¡qué importa la gente!-
no sabe, no comprende, no conoce
lo que es el amor, que aprenda de mis labios
todas las noches a las once...
Que cariño que no es nube, ni melindre,
sino sangre, canción, olvido y monte...
Se quiere así, gritándolo a los vientos,
todas las noches a las once...
Y un día llegará -que Dios me oiga!-
que cuando vaya a pronunciar tu nombre,
tú estés bajo la lluvia de mis besos
a las diez, a las once y a las doce.
Rafael de León

viernes, 30 de octubre de 2015

    Mira cómo se me pone
    la piel ca vez que me acuerdo
    que soy un hombre casao
    ...
    ¡y sin embargo, te quiero!
    Entre tu casa y mi casa
    hay un muro de silencio;
    de ortigas y de chumberas,
    de cal de arenas y viento,
    de madreselvas oscuras
    y de vidrios en acecho.
    Un muro para que nunca
    lo pueda saltar el pueblo,
    que anda rondando la llave
    que guarda nuestro secreto.
    Y yo bien sé que me quieres,
    y tú sabes que te quiero,
    y lo sabemos los dos,
    y nadie puede saberlo...
    ¡Ay, pena, penita, pena
    de nuestro amor en silencio!
    ¡Ay, qué alegría, alegría
    quererte como te quiero!
    Cuando por la noche a solas,
    me quedo con tu recuerdo,
    derribaría la pared
    que separa nuestro sueño.
    Rompería con mis manos
    de tu cancela los hierros
    con tal de verme a tu vera,
    tormento de mis tormentos,
    y te estaría besando
    hasta quitarte el aliento.
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RAFAEL DE LEÓN


Romance de aquel hijo que no tuve contigo

Hubiera podido ser
hermoso como un jacinto
con tus ojos y tu boca
y tu piel color de trigo,
pero con un corazón
grande y loco como el mío.
Hubiera podido ir,
las tardes de los domingos,
de mi mano y de la tuya,
con su traje de marino,
luciendo un ancla en el brazo
y en la gorra un nombre antiguo.
Hubiera salido a ti
en lo dulce y en lo vivo,
en lo abierto de la risa
y en lo claro del instinto,
y a mí... tal vez que saliera
en lo triste y en lo lírico,
y en esta torpe manera
de verlo todo distinto.
¡Ay, qué cuarto con juguetes,
amor, hubiera tenido!
Tres caballos, dos espadas,
un carro verde de pino,
un tren con cuatro estaciones,
un barco, un pájaro, un nido,
y cien soldados de plomo,
de plata y oro vestidos.
¡Ay, qué cuarto con juguetes,
amor, hubiera tenido!
¿Te acuerdas de aquella tarde,
bajo el verde de los pinos,
que me dijiste: -- ¡Qué gloria
cuando tengamos un hijo! ?
Y temblaba tu cintura
como un palomo cautivo,
y nueve lunas de sombra
brillaban en tu delirio.
Yo te escuchaba, distante,
entre mis versos perdido,
pero sentí por la espalda
correr un escalofrío...
Y repetí como un eco:
"¡Cuando tengamos un hijo!..."
Tú, entre sueños, ya cantabas
nanas de sierra y tomillo,
e ibas lavando pañales
por las orillas de un río.
Yo, arquitecto de ilusiones
levantaba un equilibrio
una torre de esperanzas
con un balcón de suspiros.
¡Ay, qué gloria, amor, qué gloria
cuando tengamos un hijo!
En tu cómoda de cedro
nuestro ajuar se quedó frío,
entre azucena y manzana,
entre romero y membrillo.
¡Qué pálidos los encajes,
qué sin gracia los vestidos,
qué sin olor los pañuelos
y qué sin sangre el cariño!
Tu velo blanco de novia,
por tu olvido y por mi olvido,
fue un camino de Santiago,
doloroso y amarillo.
Tú te has casado con otro,
yo con otra hice lo mismo;
juramentos y palabras
están secos y marchitos
en un antiguo almanaque
sin sábados ni domingos.
Ahora bajas al paseo,
rodeada de tus hijos,
dando el brazo a... la levita
que se pone tu marido.
Te llaman doña Manuela,
llevas guantes y abanico,
y tres papadas te cortan
en la garganta el suspiro.
Nos saludamos de lejos,
como dos desconocidos;
tu marido sube y baja
la chistera; yo me inclino,
y tú sonríes sin gana,
de un modo triste y ridículo.
Pero yo no me doy cuenta
de que hemos envejecido,
porque te sigo queriendo
igual o más que al principio.
Y te veo como entonces,
con tu cintura de lirio,
un jazmín entre los dientes,
de color como el del trigo
y aquella voz que decía:
"¡Cuando tengamos un hijo!..."
Y en esas tardes de lluvia,
cuando mueves los bolillos,
y yo paso por tu calle
con mi pena y con mi libro
dices, temblando, entre dientes,
arropada en los visillos:
"¡Ay, si yo con ese hombre
hubiera tenido un hijo!..." 
Necesito de ti, de tu presencia,
de tu alegre locura enamorada.
No soporto que agobie mi morada
la penumbra sin labios de tu ausencia.

Necesito de ti, de tu clemencia,
de la furia de luz de tu mirada;
esa roja y tremenda llamarada
que me impones, amor, de penitencia.

Necesito tus riendas de cordura
y aunque a veces tu orgullo me tortura
de mi puesto de amante no dimito.

Necesito la miel de tu ternura,
el metal de tu voz, tu calentura.
Necesito de ti, te necesito.
Rafaél de León
Alargaba la mano y te tocaba...
Alargaba la mano y te tocaba.
Te tocaba: rozaba tu frontera,
el suave sitio donde tú terminas,
sólo míos el aire y mi ternura.
Tú moras en lugares indecibles,
indescifrable mar, lejana luz
que no puede apresarse.
Te me escapabas, de cristal y aroma,
por el aire, que entraba y que salía,
dueño de ti por dentro. Y yo quedaba fuera,
en el dintel de siempre, prisionero
de la celda exterior.
La libertad
hubiera sido herir tu pensamiento,
trasponer el umbral de tu mirada,
ser tú, ser tú de otra manera. Abrirte,
como una flor, la infancia , y aspirar
su esencia y devorarla. Hacer
comunes humo y piedra. Revocar
el mandato de ser. Entrar. Entrarnos
uno en el otro. Trasponer los últimos
límites. Reunirnos.....
Alargaba la mano y te tocaba.
Tú mirabas la luz y la gavilla.
Eras luz y gavilla, plenitud
en ti misma, rotunda como el mundo.
Caricias no valían, ni cuchillos,
ni cálidas mareas. Tú, allí, a solas,
sonriente, apartada, eterna tú.
Y yo, eterno, apartado, sonriente,
remitiéndote pactos inservibles,
alianzas de cera.
Antonio Gala

miércoles, 28 de octubre de 2015

SI EN MITAD DE LA NOCHE…
Si en mitad de la noche te persigue un recuerdo
y te vas a la cama y se acuesta a tu lado
es tal vez el espectro de un amor olvidado...
que pretende alcanzar un principio de acuerdo.

O quizá sea el fantasma de un amor imposible
encontrado en un libro que leíste algún día
y que no has conseguido olvidar todavía
y de noche aparece con su rostro impasible.
O quién sabe si acaso va a nacerte un poema
y el recuerdo es tan solo la semilla que aguarda,
la señal de un soneto que deambula en tu mente.
Un terceto indolente que holgazán se retarda
y no deja que aclares esa duda suprema
de saber qué misterio te recorre la frente .José Miguel Junco Ezquerra
    Ángel caido
    Te voy a matar a miradas,
    a espacio y tiempo,
    a pensar en ti,...
    a caricias desordenadas
    y besos.
    Te voy a matar a sonrisas,
    a comprenderte muda,
    a palabras sordas,
    a estar y a no estar si me lo pides.
    Te voy a esperar sin perdonarte
    que el infierno es tuyo
    y tuya la penitencia,
    tuyo el dolor y el vacío
    y esa ristra de incomprensión.
    Yo solo estoy para quererte
    sin preguntas ni respuestas,
    sin juicio alguno,
    solo estoy porque me toca
    y porque algo de esto habremos hecho en el tiempo no nacido
    cuando hubiste de esperar tú a que yo abriera mis ojos.
    Así que por si acaso
    te voy a matar a amor.

    Teresa Delgado © 2014
De Alvaro Villa André para ir abriendo boca para mañana.
Vidas encontradas
Si hay un querer y una voluntad,...
tú y yo nos veremos a medio camino,
entre tus lágrimas y mi soledad para averiguarlo todo.
Hoy te he traído el sol.
Sí, a tu casa, a tus manos,
y tú me cortaste las cuerdas
para subir en globo y traerte esa nube a tu boca
que pide evasión y libertad,
que pide ser libre como ella.
El mejor pesimista es aquel que jamás te va a encandilar con un reino de palabras inflamables
que se derriten como velas encendidas.
LO QUE DEJÉ POR TI… Rafael Alberti (Poeta español)
"Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte".

martes, 27 de octubre de 2015

    TE DESEO
    Te deseo primero que ames,...
    y que amando, también seas amado.
    Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
    y que después de olvidar, no guardes rencores.
    Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
    sepas ser sin desesperar.
    .
    Te deseo también que tengas amigos,
    y que, incluso malos e inconsecuentes
    sean valientes y fieles, y que por lo menos
    haya uno en quien confiar sin dudar.
    .
    Y porque la vida es así,
    te deseo también que tengas enemigos.
    Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
    para que, algunas veces, te cuestiones
    tus propias certezas. Y que entre ellos,
    haya por lo menos uno que sea justo,
    para que no te sientas demasiado seguro.
    .
    Te deseo además que seas útil,
    más no insustituible.
    Y que en los momentos malos,
    cuando no quede más nada,
    esa utilidad sea suficiente
    para mantenerte en pie.
    .
    Igualmente, te deseo que seas tolerante,
    no con los que se equivocan poco,
    porque eso es fácil, sino con los que
    se equivocan mucho e irremediablemente
    y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
    sirvas de ejemplo a otros.
    .
    Te deseo que siendo joven
    no madures demasiado deprisa,
    y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
    y que siendo viejo no te dediques al desespero.
    Porque cada edad tiene su placer y su dolor
    y es necesario dejar
    que fluyan entre nosotros.
    .
    Te deseo de paso que seas triste.
    No todo el año sino apenas un día.
    Pero que en ese día descubras
    que la risa diaria es buena,
    que la risa habitual es sosa y
    la risa constante es malsana.
    .
    Te deseo que descubras,
    con urgencia máxima,
    por encima y a pesar de todo,
    que existen y que te rodean,
    seres oprimidos,
    tratados con injusticia y personas infelices.
    .
    Te deseo que acaricies un perro,
    alimentes a un pájaro
    y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
    porque de esa manera,
    sentirás bien por nada.
    .
    Deseo también que plantes una semilla,
    por más minúscula que sea,
    y la acompañes en su crecimiento,
    para que descubras de cuántas vidas
    está hecho un árbol.
    .
    Te deseo además, que tengas dinero,
    porque es necesario ser práctico,
    y que por lo menos una vez por año
    pongas algo de ese dinero frente a ti y digas
    "Esto es mío"
    sólo para que quede claro
    quien es el dueño de quien.
    .
    Te deseo también
    que ninguno de tus afectos muera,
    pero que si muere alguno,
    puedas llorar sin lamentarte y sufrir
    sin sentirte culpable
    .
    Te deseo por fin que
    siendo hombre, tengas una buena mujer
    y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
    mañana y al día siguiente,
    y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
    hablen sobre amor para recomenzar.
    .
    Si todas estas cosas llegaran a pasar
    no tengo más nada que desearte.

    (Victor Hugo)

Ángel caido
Te voy a matar a miradas,
a espacio y tiempo,
a pensar en ti,...
a caricias desordenadas
y besos.
Te voy a matar a sonrisas,
a comprenderte muda,
a palabras sordas,
a estar y a no estar si me lo pides.
Te voy a esperar sin perdonarte
que el infierno es tuyo
y tuya la penitencia,
tuyo el dolor y el vacío
y esa ristra de incomprensión.
Yo solo estoy para quererte
sin preguntas ni respuestas,
sin juicio alguno,
solo estoy porque me toca
y porque algo de esto habremos hecho en el tiempo no nacido
cuando hubiste de esperar tú a que yo abriera mis ojos.
Así que por si acaso
te voy a matar a amor.

Teresa Delgado © 2014

domingo, 25 de octubre de 2015

PABLO NERUDA
CANTO GENERAL
- I -
...
LA LÁMPARA EN LA TIERRA
AMOR AMÉRICA (1400) (FRAGMENTO)
Antes que la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.
El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban escritas.
Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.
No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayó una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra…
Esta noche la luna no quiere que yo duerma.
Esta noche la luna saltó por la ventana.
Y, novia que se quita su ropa de azahares,
toda ella desnuda, se ha metido en mi cama.
...
Viene de lejos, viene de detrás de las nubes,
oreada de sol y plateada de agua.
Viene que huele a besos: quizá, esta misma noche,
la enamoró el lucero galán de la mañana.
Viene que sabe a selva: tal vez, en el camino,
la curva de su cola rozó con la montaña.
Viene recién bañada: acaso, bajo el bosque,
al vadear el arroyo, se bañó en la cascada.
Viene a dormir conmigo, a que la goce y bese,
y a cantar la mentira de que a mi solo me ama.
Y como yo, al oírla, por vengarme, le digo
«mi amor es como el tuyo», ella se ha puesto pálida.
Ella se ha puesto pálida, y al besarme la boca,
me ilumina las sienes el temblor de sus lágrimas.
Ahora ya sé que ella, la que en suntuosas noches
da su cuerpo desnudo, a mi me ha dado el alma
Luis Llorens
Tu amor, ayer tan firme, es tan ajeno,
tan ajenas tu boca y tu cintura,
que me parece poca la amargura
de que hoy mi alrededor contemplo lleno.

El mal que hiciste lo tomé por bueno;
por agasajo tu desgarradura:
ni yo abro el pecho a herida que no dura
ni con vinos de olvido me sereno.

Mi corazón te tiene tan presente
que a veces, porque vive, desconfío
que sienta el desamor como lo siente.

Yo he ganado en el lance del desvío:
de nuestra triste historia únicamente
el arma es tuya; todo el dolor, mío.
Antonio Gala

viernes, 23 de octubre de 2015

    ¿Por qué ya no puedo amarte
    -Ay Amor- sin conocerte,
    Si en buscarte está la muerte
    De saberte y no encontrarte?
    ¿Por qué de un tiempo a esta parte...
    En tu nombre está mi suerte?
    ¿Por qué, si digo no verte,
    Te pido que si me amas
    Me digas cómo te llamas
    -Ay Amor- para quererte?

    3
    Esta noche callaría,
    Aunque viniese la muerte.
    ¿Y el silencio de perderte
    Con qué voz te cantaría?
    Naranja dulce del día,
    Nocturno limón celeste,
    Te pido un favor y es este:
    (El que la canción pedía)
    Que le digas a María
    Que esta noche no se acueste.
    Gabriel Zaid ( Nacido en Monterrey 1934
    Fábula de Narciso y Ariadna (fragmento)

      Acudes a tus ojos porque acudes,
      Los ojos de las noches estrelladas.
      Y su luz no es tu eco, no lo dudes,
      Es otra luz que mueve tus miradas;
      Desde la luna, arcón de los rosarios,
      Hasta la luna sin itinerarios.

      Luz del amor que llama a los amores
      Por encima del hombro para el viaje,
      Y en el espejo muestra sus pudores
      De estrella antigua que abandona el traje,
      Mariposa, cristal, serpiente o perla
      Cuando se empaña nada más de verla.
      Gabriel Zaid
El pensamiento olvidado
Pensar en tu mirada y en mi olvido
dejando el pensamiento dilatado
a través de tus ojos, anegado
de su mismo vivir con tu sentido;

después mirar tu olvido que en mí asoma
como una rosa que al espacio diera
leve prolongación y luego fuera
la propia luz que toca con su aroma,

es entregarme a ti sin más denuedo
que la lucha del cuerpo contra el viento,
y contigo soñando estar tan quedo

como náufrago mar o vano intento:
porque ya que pensarte en mí no puedo,
dejo olvidado en ti mi pensamiento.

Alí Chumacero

lunes, 19 de octubre de 2015

ME gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
 Pablo Neruda
    Cuando te sientas triste
    intenta cantar esa canción
    que solo tú sabes.
    No temas el ridículo.
    Sencillamente canta....
    Quien va escucharte,
    no repara en otras armonias
    que en la sinceridad de tu canto.
    Canta... y se disipará en un instante,
    la densa niebla de tu tristeza, y el sol
    alumbrará de nuevo tu camino.
    Haz caso al poeta, que de sí mismo decía:
    " Y si la noche está negra
    sus negruras ilumino.
    Canto y mi canción alegra
    la oscuridad del camino "
    F.A. de Icaza
    y Andrés Barriales
    HORIZONTES
    Isleños por vocación
    el mar nos sirve de puente
    y alcanzado el continente...
    nos embarga la emoción.

    Después una sensación
    de magia se hace presente
    como si estuviera ausente
    y varado el corazón.
    Es en esa tesitura
    de perpetua lejanía
    donde inquietos habitamos:
    una extraña geografía
    donde pugna la cordura
    con fantasmas que evocamos
    José Miguel Junco Ezquerra
    “Madre serás, dijo Dios allá arriba y te hizo a ti mujer, convertir el amor en vida”
    EL AMOR EN VIDA… Víctor Escalona (Cantautor venezolano)
    Ellas son los... ángeles del cielo
    Cuidaran nuestra vida con anhelo
    Ellas reviven la esperanza cada día
    Siembran luceros para no perder la vía

    Ellas son el canto de la entrega
    Que empezó con la sangre de sus venas
    Ellas conocen la verdad de tus pupilas
    Pues dieron luz a cada una con caricias
    “Madre serás
    Dijo Dios allá arriba
    Y te hizo a ti mujer
    Convertir el amor en vida”
    Ellas son la fuerza y la dulzura
    La razón el arrullo y la ternura
    Ellas remueven nuestras fibras con sus dones
    Y con milagros alimentan corazones
    Ellas son las madres de los hijos
    Que ha parido la tierra en su infinito
    Pues cada vez que llega luz hasta sus vientres
    En madre de todos los niños se convierten
    “Madre serás
    Dijo Dios allá arriba
    Y te hizo a ti mujer
    Convertir el amor en vida”
    Víctor Escalona exquisito ser poeta y cantante venezolano.

domingo, 18 de octubre de 2015

Arrebátame, amor, águila esquiva,
mátame a desgarrón y a dentellada,
que tengo ya la queja amordazada
y entre tus garras la intención cautiva.
No finjas más, no ocultes la excesiva
hambre de mí que te arde en la mirada.
No gires más la faz desmemoriada
y muerde de una vez la carne viva.
Batir tu vuelo siento impenetrable,
en retirada siempre y al acecho.
Tu sed eterna y ágil desafío.
Pues que eres al olvido invulnerable,
vulnérame ya, amor, deshazme el pecho
y anida en él, demonio y ángel mío.
 Antonio Gala
Este amor que es harina en la ternura,
Que es infancia de sueños en la frente,
Que es líquido de música en la fuente
Y es lucero nostálgico en la altura.
...
Este amor que es el verso y es la rosa,
Y es saber que la vida en cada cosa
Se nos repite cada vez más fuerte.
Tan eterno, este amor tan resistible,
Que comparado al tiempo es imposible
Saber dónde limita con la muerte
G. García Marquez
El oficio de quien ama es ver
un sol oscuro sobre el lecho,
y en el frío, nacer al fuego
de un verano que no dice su nombre.

Es ver, constelación de pétalos,
la nieve caer sobre la tierra,
algodón del cielo, aire del silencio
que nace entre dos espaldas.

Es morir claro y secreto
cerca de tierras absolutas,
del amor que mueve las estrellas
y encierra a los amantes en un cuarto
Levo Ivo

sábado, 17 de octubre de 2015



No ha muerto. Ha iniciado
Un viaje atardecido.
De azul en azul claro
...
—de cielo en cielo— ha ido
por la senda del sueño
con su arcángel de lino.
A las tres de la tarde
Hallará a San Isidro
Con sus dos bueyes mansos
Arando en cielo límpido
Para sembrar luceros
Y estrellas en racimos.
—Señor, ¿cuál es la senda
para ir al Paraíso?
—Sube por la Vía Láctea,
ruta de leche y lirio,
la menor de las Osas
te enseñará el camino.
Cuando sean las cuatro
La Virgen con el Niño
Saldrán a ver los astros
Que en su infancia de siglos
Juegan la Rueda-Rueda
En un bosque de trinos.
Y a las seis de la tarde
El ángel de servicio
Saldrá a colgar la luna
De un clavo vespertino.
Será tarde. Si acaso
No te han guardado sitio
Dile a Gabriel Arcángel
Que te preste su nido
Que está en el más frondoso
Árbol del Paraíso.
Gabriel García Marquez

Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
GARCÍA MARQUEZ

Y era el mar del primer amor
En unos ojos otoñales.
Un día quise ver el mar
...
—mar de la infancia— y ya era tarde.

viernes, 16 de octubre de 2015

Y de pronto, en el alto
silencio de la noche,
un soñar mío empieza
al borde de tu cuerpo;
en él el tuyo siento.
Tú dormida, yo en vela,
hacíamos lo mismo.
No había que buscar:
tu sueño era mi sueño.
Pedro Salinas
Ahora te quiero...


Ahora te quiero,
como el mar quiere a su agua:
desde fuera, por arriba,
haciéndose sin parar
con ella tormentas, fugas,
albergues, descansos, calmas.
¡Qué frenesíes, quererte!
¡Qué entusiasmo de olas altas,
y qué desmayos de espuma
van y vienen! Un tropel
de formas, hechas, deshechas,
galopan desmelenadas.
Pero detrás de sus flancos
está soñándose un sueño
de otra forma más profunda
de querer, que está allá abajo:
de no ser ya movimiento,
de acabar este vaivén,
este ir y venir, de cielos
a abismos, de hallar por fin
la inmóvil flor sin otoño
de un quererse quieto, quieto.
Más allá de ola y espuma
el querer busca su fondo.
Esta hondura donde el mar
hizo la paz con su agua
y están queriéndose ya
sin signo, sin movimiento.
Amor
tan sepultado en su ser,
tan entregado, tan quieto,
que nuestro querer en vida
se sintiese
seguro de no acabar
cuando terminan los besos,
las miradas, las señales.
Tan cierto de no morir,
como está
el gran amor de los muertos.
A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.
hacia abajo, presa segura
de la tumba vaga del suelo.
A esa, a la que yo quiero,
es a la que se entrega venciendo,
venciéndose,
desde su libertad saltando
por el ímpetu de la gana,
de la gana de amor, surtida,
surtidor, o garza volante,
o disparada -la saeta-,
sobre su pena victoriosa,
hacia arriba, ganando el cielo.
Pedro Salinas

miércoles, 14 de octubre de 2015



Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.
...
Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.
Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.
Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
Gabriel García Márquez


Patria, amor mío, quiero juntar todas las ganas,
todo el guitarrerío donde tu pueblo canta
para que, copla a copla, nos vayamos sabien...do
el tamaño, la furia, la herencia solidaria;
ese modo de sernos uno al otro, camino
o río tumultuoso o historia castigada,
mientras que a golpe vivo de miseria aprendemos
que hay que empuñarse el rumbo sin pleito sin abogados

siempre los comedidos nos lleva a otra parte
¡y basta! ¡ya está basta! ¡terminémosla, patria!
Y juntemos a todos en una misma gana
para voltear el odio, el miedo, la miseria
y avanzar con el rostro nacional por el alba.
Digo que un hombre solo, sólo es un hombre, digo
que tiene su misterio el hombre solitario,
pero ya estoy cansado del misterio gratuito,
de la soledad pura y el silencio importante;
ya no quepo en la luna de tanto andar las noches
tuteándome con todos los duendes de la calle;
Digo que un hombre solo, sólo es un hombre solo
y que no tengo tiempo de amparar solitarios.
Tanto andar, tantos pasos por las calles en vilo,
cuánto que uno se busca, tanto que hemos andado
-no digamos que todos, pero la mayoría-
buscando el fundamento de lo que nos separa,
de eso que no nos deja reunir la alegría
y repartir a todos la sal, el pan y el agua,
esos tres elementos de que se nutre el grito,
el himno que supimos y el amor que nos salva,
tanto y cuánto que gasta la historia con nosotros
para que nos unamos de una vez por debajo
y sin embargo cuesta y sin embargo tarda
y sin embargo hay alguien que caerá mañana,
alguien que hoy no ha comido con los hijos mirándolo,
mirándonos, mirando tus cereales, patria.
Sumar uno más uno hasta llegar al hombre,
al país que dijimos sin olvidar a nadie,
súmame, patria, el niño que te ha visto vestida
de estival y muchacha con los sueños al aire
pero con lo labriego, con lo gremial del canto,
súmame lo de todos, cuéntame padre y madre
porque así es como puedo soñarte el horizonte
y una dulce pradera de pan multiplicado.
Hay que juntar las ganas y contar desde abajo,
vamos uniendo rostros, manos, sueños, olvidos,
flor turbamulta, quiero a la altura del día
el regreso de todo lo que fue sumergido.
A partir de esta calle no hay posible regreso,
no hay otro pacto que éste, pero sin apellidos
y no es fácil ni pronto, ni ya voy ni gemidos,
ni discursos, ni curas, ni general, ni edicto,
no hay arreglo, no hay nada que hacerle en este asunto:
hay que juntar las ganas, organizar el grito
y despertar de pronto como un solo estallido.
Patria, amor mío, es hora, se han cumplido los siglos.
Estoy fundiendo todas las manos de tus hijos,
aguarda que ahora tengo el corazón al viento
y en el viento un aroma popular encendido.
Espéranos, iremos por los barrios hermosos
donde el día transcurre custodiado de niños,
diciéndonos que es grave pero bello tenerte
limpia de capataces metálicos y cínicos.
Espérame. Esperemos. El último ha salido.
Hay que marchar con todos para soltar la aurora
de adentro de tu pueblo como un inmenso río
por donde irá la vida liberada cantando:
¡ya vuelvo, amor, América, espérame en el trigo!

Armando Tejada Gómez
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Las palabras tienen vocación de nube o de pájaro,
sin alas ni aire y con miedo.
Cuánta más emoción,
Cuanto más acertada la flecha,
más fuerte se llueven,...
más alto y más lejos
alzan el vuelo.
A este acto sublime y extraño,
unos lo llaman lenguaje o vacío,
otros lo llaman amor o silencio.
También hay quién lo llama poesía.

Teresa Delgado


Las horas pasan, pasan lentamente
vacías de ti, llenas de tu memoria.
Tu ausencia rompe el hilo de mi historia,
aísla como un foso este presente,
...
dejándome indefenso e inocente
entre la espada aguda de la gloria
de haberte amado ayer, y la ilusoria
esperanza de amarte eternamente.
No dirijo mi vida, y el futuro
se presenta inseguro, turbio, incierto.
Me atengo sólo a ti, que no te tienes.
Ángel González .

martes, 13 de octubre de 2015

    Mañana, como hoy,
    puede presentarse, de nuevo, el dilema;
    La bondad o la experiencia.
    Te recomiendo el camino del bien.
    No me atrevo a recomendarte la socorrida ...
    senda de la experiencia.
    Que,
    como dijo el poeta,
    " la experiencia es como el sol;
    hace madurar el fruto,
    pero marchita la flor "
    Javier Ugarte Coplas viajeras
    Cuando me abrazas
    siento que tuve contra el pecho
    un palpitar sin tacto
    ...
    cerquísima, de estrella,
    que viene de otra vida.
    El mundo material
    nace cuando te marchas.
    Y siento sobre el alma
    esa opresión enorme
    de sombras que dejaste,
    de palabras, sin labios,
    escritas en papeles.
    Devuelto ya a la ley
    del metal, de la roca,
    de la carne,tu forma
    corporal,
    tu dulce peso rosa
    es lo que me volvía
    el mundo más ingrávido.
    Pedro Salinas

    Allí, en la oscura noche,
    cuando el silencio lo permite todo
    y parece la vida,
    el oído en vela escucha
    vaga respiración, suspiro en eco,...
    sospechas del estar un cuerpo aliado.
    Porque un cuerpo -lo sabes y lo sé-
    sólo está en su pareja.
    Ya se encontró: con lentas claridades,
    muy despacio.
    ¡Cómo desembocamos en el nuevo,
    cuerpo con cuerpo igual que agua con agua,
    corriendo juntos entre orillas
    que se llaman los días más felices!
    ¡Cómo nos encontramos con el nuestro
    allí en el otro, por querer huirlo!
    Estaba allí esperándose, esperándonos:
    un cuerpo es el destino de otro cuerpo.
    Pedro Salinas


    "...No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe... No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca.... No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma. No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música. No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, JAMAS se regresa..."
    Martha Rivera Garrido

lunes, 12 de octubre de 2015

    SI ME NOMBRAS…
    Cuando llegue el momento de perderme en las sombras
    sentiré la nostalgia de los tiempos vividos
    llevaré alguna pócima contra ingratos olvidos...
    y una firme promesa: volveré si me nombras.

    Yo ya sé que que ante el eco del silencio te asombras
    y te aterra la idea de los viajes eternos;
    no me iré para siempre, no arderé en los infiernos,
    tú por eso no temas: volveré si me nombras.
    A tu lado si el frío se te pone en los huesos,
    o tal vez en la grupa de embrujadas alfombras
    una noche cualquiera al abrir la ventana;
    cuando en sueños evoques el sabor de mis besos
    y dormida no sepas si es ayer o es mañana,
    notarás mi presencia: volveré si me nombras.
    José Miguel Junco Ezquerra

Frente al misterio estoy, de nuevo alerta,
frente al amor quizá, frente al oscuro
despertar sin urgencia y sin apuro.
pero la mano tiembla ante la puerta.

Yo creía estar muerta. Yo estoy muerta:
nada hay en mí tan cierto o tan seguro.
Pero crece mi sombra contra el muro
y la mano se extiende. Y está abierta.

¿Cómo será su amor –amor– conmigo,
cómo ha de ser: espectador, testigo
o superado actor del viejo drama?

¿Cómo será ese afán que me despoja,
su esperanza, su grito, su congoja,
y cómo las cenizas de su llama?
Julia Prilutsky

domingo, 11 de octubre de 2015

    “(…) Existe una historia que jamás podrá ser contada, que se escribió mientras un viento de octubre danzaba entre los dedos de una hermosa mujer que se entregab...a a todo lo bueno por venir, que mirando el mar, murmuraba sonriente una plegaria a la luna que tímidamente dejaba reposar su reflejo desnudo sobre las olas. Existe una historia que se escribió mientras llegaba el amanecer, y las estrellas se dormían en el misterio de volverse invisibles a los ojos, y presentes en la fe de los que se enamoran con el alma. Sé que existe una historia donde sólo habitan esperanzas, donde los sueños se cumplen, y las lágrimas son de alegría; y que jamás podrá ser contada, porque no tiene final…” (Jesús Alejandro Godoy) “Escrito para Ti
    VENÍA POR EL ANDÉN DE LA TRISTEZA…
    Venía por el andén de la tristeza
    como un barco sin rumbo, a la deriva,
    una sombra vagando fugitiva...
    con un pañuelo azul en la cabeza.

    Venía por venir a parte alguna
    como un viento que sopla indiferente,
    un bulto sospechoso, un accidente,
    un fantasma inventado por la luna.
    Venía de las regiones donde el frío
    deja una huella impía en la mirada
    y un rejón que se clava en el costado.
    Así la sorprendió la madrugada:
    una improbable gota de rocío
    humedeciendo un corazón ajado.
    José Miguel Junco Ezquerra
    “Almas nacidas
    de una misma nube
    en la profundidad
    de una misma mirada
    se reconocen para...
    retornar imantadas
    a un mismo TODO.

    Ya no es posible
    dejar de interrogar
    a las pupilas
    de tantos mares.
    Aprendimos a volar
    Y alzamos vuelo
    dejando atrás
    tantos ensayos.
    Desde las nubes
    nos vemos
    a nosotros mismos”.
    1+1=1
    (CV, 26.07.2015)

    TU HORA
    Antes o después,todos los días tienen una hora para pensar en ti. Me aíslo del mundo, cierro los ojos, me pierdo en mis pensamientos y te encuentro allí....
    Algunas veces es una hora corta que dura un instante, un segundo tuyo que me da alegría y compañía. Te veo, te imagino y te siento.
    Otras es una hora ancha, que ocupa toda la banda.
    Borra todo lo demás y es como si de verdad estuviésemos juntos.
    Tan real y tan tangible que lo que pierde consistencia es el mundo que me rodea en el cual no estás.
    Pero a veces veces es tan grande, que es tu hora la que tiene un día, son días impermeables.
    Interminables.
    Intermitentes.
    No consigo concentrarme en lo que me rodea porque me faltas tú.
    Los vivo a cachitos.
    Reiniciando continuamente.
    Llorando escondida.
    Disfrazando con sonrisas los despistes.
    Son horas amargas...tristes
    inmensas,
    grises.
    Sin sonido.
    Sin calor. Sin besos...
    Sin amor.

    El diccionario dice que se llama añoranza y tiene razón, porque explica que es el sentimiento de pena producido por la ausencia, la privación o la pérdida de una persona o cosa muy querida.
    Que bien explicado.
    Eso eres tú.
    Una persona o cosa muy querida y tu ausencia a veces me causa mucha pena.
    Como hoy.
    Mis amigos dicen que debo llamarte.
    Mi cuerpo dice que debo buscarte.
    Mi boca dice que quiere besarte.
    Mis ojos que quieren verte.
    Mis manos tocarte.
    Mi piel sentirte.
    Mi lengua se calla y mis dedos te escriben.
    Dime...
    ¿Qué dice tu diccionario?
    Isabel Salas
    Usted tal vez, nunca entenderá lo mucho que lo quise, lo mucho que lo amo, lo amé y amaré. Pero óigame bien, un día cuando lea todos los poemas que le hice y ci...erre los ojos para ir a dormir, recordará que esta mujer loca le dio un pedazo de alma aun sin que lo pidiera y se mordió fuerte el corazón para dejarlo volar a su manera. Tal vez usted no lo entenderá hoy, pero mañana, cuando la noche caiga me verá nacer entre la niebla, con un beso de luna rozare sus labios y lo sabrá... "Cuanto me amo esta mujer loca, cuanto me amo..."
    Usted tal vez nunca lo sepa, pero buscando me hallo sin darse cuenta. Usted tal vez nunca entienda todo el amor que le tengo, pero siempre se lo dirán mis letras.

    , Mercedes Reyes Arteaga

sábado, 10 de octubre de 2015



TUÉTANO
En un rincón de cualquier dobladillo,
allí, donde el hilo no alcanza,
te cuelas, te escondes,...
merodeas los pliegues de mi falda.
recorres mis huellas dactilares,
te vuelves el lunar de debajo de mis sueños
y otras veces un poblado ramillete de pestañas.
Llenas el vacío infinito de mi abrazo
o te vuelves pequeño para caber
en mi empeño de olvidarte.
Te mezclas con mi llanto y te arrastras hasta el suelo,
o subes a mi cielo con el amor humeante y recién resucitado.
Siento que solo me basta un verso
para arrancarte la mortaja,
que a golpe de palabras puedo volverte cierto.
Lo que me duelen son las horas
en que solo dos palabras
llenan cuadernos y cuadernos
una es "Delirio", la otra tu nombre
como si quisiera grabarte
en el tuétano de mi memoria.
o arrancarte de cuajo
de los siglos que hace
que mi pecho te cobija.

Teresa Delgado © 2013
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ONÍRICO
Puede que al anochecer,
confundida, confundido,
nos dé una tregua el olvido...
y nos volvamos a ver.

Mas no en el acontecer
cotidiano, conocido,
sino en el sueño, dormidos,
un hombre y una mujer.
Y puede que al recorrer
los recuerdos compartidos
optemos por hacer nido
allí en el sueño y volver.
Mas no en el acontecer
cotidiano, conocido,
sino en el lugar prohibido
que el sueño sepa tejer.
O puede que al pretender
susurrarte algo al oído
otra vez venga el olvido
y nos vuelva a destejer.
Y que al desaparecer
ese sueño presentido
quede el rostro diluido
de un hombre y una mujer.

José Miguel Junco Ezquerra

jueves, 8 de octubre de 2015

Esta noche, amor,
tengo el alma sin sombras
para beber hasta el borde la lámpara de tu sangre
la muerte nada sabe
del libro de tus ojos cuando miran
de las uvas dormidas de tus besos
de tu flor y mi espejo tiritando en su llama.
Esta noche, amor,
ha de ser seguramente la noche de mi carne
mi hambre de vos es tan enorme
que tu cuerpo es el único país para el olvido,
jauría de un amor que vence en la derrota.
Gladis Guerrero